GOLPE A UNA GRAN RED DE CARTERISTAS DE LA CIUDAD

Cae la banda que explotaba en Barcelona a las falsas sordomudas

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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Una investigación de los Mossos d'Esquadra ha vuelto a dejar patente que, cuando hay menores que delinquen, hay redes de adultos detrás que les explotan. La policía de la Generalitat anunció ayer la desarticulación del grupo de individuos que explotaba a la conocida comobanda de las bosnias, un grupo de chicas muy jóvenes que fingían ser sordomudas, se habían especializado en robar a turistas en Barcelona y que formaba uno de los colectivos de carteristas más activos de la ciudad. La organización, de origen bosnio, también tenía a jóvenes delinquiendo en Francia, Portugal e Italia.

Agentes del Àrea Central de Crim Organitzat de la Divisió d'Investigació Criminal han detenido a un total de 11 individuos miembros de un clan familiar que obligaban a las chicas -con edades que iban de los 9 a los 18 años- a delinquir. En los registros, los Mossos localizaron a 24 menores que estaban siendo obligadas a delinquir en los principales enclaves turísticos barceloneses. Los agentes sospechan que en toda Europa la banda estaba explotando a unos 50 menores.

FORZADAS A PROSTITUIRSE / Los policías han conseguido acreditar que los detenidos pegaban brutales palizas a las chicas si estas se negaban a delinquir. Pero ahí no acababan los abusos. Si los miembros de la banda consideraban que el botín que traían las chicas era insuficiente las castigaban sometiéndolas a agresiones sexuales. En algunos casos, obligaron a las chicas a prostituirse.

Empleando esos métodos brutales, esa banda de criminales obtenía un botín semanal de cerca de 40.000 euros, según relató ayer el inspector jefe del Àrea Central de Crim Organitzat, Jordi Ollé. La banda captaba a las jóvenes bajo engaño en Bosnia y luego las llevaba a países como España y Francia donde, lo primero que hacían con ellas, era enseñarles las técnicas para robar.

Las jóvenes sustraían sus pertenencias a los turistas haciéndose pasar por sordomudas que, carpeta en mano, pedían dinero para la creación de un centro internacional para minusválidos. Mientras, una cómplice aprovechaba el despiste para desvalijar a los turistas. El otro método que empleaban era el del tapón, generando -normalmente en el metro o en las escaleras mecánicas de Montjuïc- una aglomeración que aprovechaban para meter la mano en el bolso de las víctimas.

En el caso de que las jóvenes llegaran a huir de sus redes, la banda no dudaba en secuestrarlas de centros de acogida. Cuatro de los detenidos por los Mossos están acusados de sacar por la fuerza a cuatro menores que habían sido internadas en un centro de acogida en París.

De hecho, la banda desarticulada extendía sus tentáculos por otras ciudades europeas y movía constantemente por el territorio de la UE a las menores a las que obligaba a delinquir.