La cacería del tigre

EL TRATAMIENTO Tras encontrar las larvas, los técnicos proceden a iniciar el tratamiento, con un producto biológico, para evitar que se reproduzcan.

EL TRATAMIENTO Tras encontrar las larvas, los técnicos proceden a iniciar el tratamiento, con un producto biológico, para evitar que se reproduzcan.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Vive en áreas urbanas, vuela bajo y -contradiciendo al tópico- pica de día. El mosquito tigre, animalito nada amoroso del negro característico de su especie, con franjas blancas y una raya banca en la parte superior que le recorre la cabeza y el tórax, llegó a Barcelona en agosto del 2005, hace ahora una década; y lo hizo para quedarse. "Lo máximo que podemos hacer es reducir la población al máximo", aseguran los técnicos. Hoy por hoy, el mosquito tigre vive y cría en los 10 distritos de la ciudad, aunque los entendidos aseguran que cada día está más controlado, y aún queda camino por recorrer. La suma de la capital catalana al proyecto de ciencia ciudadana AtrapaelTigre.com a través de la aplicación para móviles Tigatrapp va en esa dirección.

"Se trata de una herramienta para promover la colaboración activa de los vecinos en la detección de esta especie tóxica invasora; aprovechar el conocimiento ciudadano de cada rincón del territorio para afinar los mapas y avanzar en los trabajos de prevención", explica el biólogo Tomàs Montalvo, responsable del programa de vigilancia y control del mosquito tigre de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB).

Para poner en valor el saber ciudadano y lo mucho que cualquier vecino puede aportar a la ciencia Montalvo lanza una sencilla reflexión: "Si sales a la calle y le preguntas a alguien si este verano le ha picado algún mosquito, la gran mayoría de las personas responderán que sí. No falla". Se trata de recoger todo ese conocimiento. Sumar experiencias.

"La aplicación pone el énfasis en los posibles lugares de cría. Nosotros ahora tenemos controladas 68 zonas de riesgo, en las que controlamos su presencia y matamos las larvas; con la colaboración de los ciudadanos podemos aumentar ese mapa, estudiar la distribución de la especie y evitar la cría", prosigue Montalvo.

Puntos fetiche

El viernes a primera hora -tres días antes del anuncio público de la adhesión de Barcelona a la campaña coordinada por el Laboratorio de Ecología del Movimiento del Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC y el CREAF- dos técnicos de la ASPB trabajaban en los bucólicos Jardines de la Tamarita, sobre la plaza John F. Kennedy. Un lugar tan bucólico para los enamorados como para los mosquitos, por sus numerosas fuentes románticas. El ritual de esta suerte de cazafantasmas municipales es siempre el mismo, en los 68 puntos controlados hasta ahora, que preven sean más cuando la aplicación empiece a funcionar.

Primero pasan su colador en forma de caza mariposas -en este caso caza mosquitos- para comprobar si hay larvas de mosquito tigre en el agua estancada (el abecé del mosquito tigre es que se reproduce en el agua estancada, contra más pequeño sea el lago o recipiente, mucho mejor). Eureka. Hay larvas (tampoco es sorpresa, la zona es de riesgo). El siguiente paso es acabar con ellas con un producto biológico, que afecta solo a estas larvas, no a los numerosos renacuajos que pueblan la fuente. La operación se repite cada 15 días o un mes, en función del resultado obtenido en el muestreo, el tiempo que dura el tratamiento.

Un mal (o buen) año

Montalvo explica que este es un mal año para el mosquito. Es un buen año para el humano, se entiende. «Que haya llovido tan poco esta primavera hace que haya menos agua estancada y hayamos tenido menos incidencias», explica el responsable local de controlar este animal, que obviamente no se puede censar.

La ASPB gestiona alrededor de 250 incidencias al año referidas a esta especie, y efectúa cerca de 800 intervenciones de control. "El pico de actividad es de julio a septiembre. Este inicio de campaña ha sido de poca actividad, pero no quiere decir que no empiece a llover ahora y tengamos un septiembre con mucha actividad", puntualiza el biólogo, quien también insiste en que aproximadamente el 60% de las afectaciones se registra en propiedades privadas, con lo que es vital que los ciudadanos sean conscientes de la importancia de no tener agua estancada en sus propiedades (el mosquito tigre puede criar en un tapón boca arriba lleno de agua en un balcón).

¿Cómo funciona?

El funcionamiento de Tigatrapp es sencillo (si se tiene un mínimo dominio de la tecnología móvil). El usuario solo tiene que descargarse la aplicación en la web Atrapaeltigre.com y desde allí, enviar la geolocalización -solo apretando un botón- del supuesto punto de cría. Esa localización, tras ser comprobada por los técnicos locales, se sumará a los puntos de riesgo ya registrados.

La ASPB recuerda que las acciones de seguimiento y control no solo son importantes para hacer frente a las molestias que cause el insecto, sino para reducir el riesgo de transmisión de enfermedades.