SECTOR DISPARADO

Se busca hogar 'low cost' en Barcelona

Los propietarios tratan de sacar el mayor rédito de los alquileres y la mayoría de pisos 'asequibles' no pasan de 40 metros cuadrados

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IDEALISTA / periodico

Beatriz Pérez / Barcelona

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El propietario de una antigua casa unifamiliar en el Raval ha decidido reformarla. El espacio en el que antes probablemente vivía una familia es ahora una planta con cuatro pisos de 40 metros cuadrados cada uno, destinados a que viva una persona sola o una pareja. No hay espacio para más.

El único de esos cuatro que aún no está alquilado, a cuyas fotos se puede acceder a través de un portal inmobiliario, cuesta 700€ al mes. Todo indica que el propietario de ese pequeño inmueble se está embolsando unos 2.800 al mes.

"Es una zona que se demanda bastante", explica el agente inmobiliario. Seguramente tiene razón, puesto que los otros tres pisos de la planta ya están alquilados.

¿Qué se encontrará quien decida instalarse allí? No grandes cosas: una habitación central con una cama de matrimonio, una pequeña mesa para dos y una minicocina escondida en un armario. No hay pared que divida estas zonas, solo un separador de ambientes. Al lado, un minúsculo cuarto de baño y en la entrada, un pequeñito hall. Tiene solo dos ventanas y la luminosidad, escasa.

Es verdad que el piso está relativamente pulcro, pero los 700€ que piden exceden sin duda su valor, como ocurre con la mayoría de viviendas que se ofertan ahora en la ciudad.

El lucro de los propietarios

Los propietarios de los pisos que se alquilan saben bien qué tipo de rédito sacarles. Sobre todo en en una ciudad como Barcelona, que alberga los alquileres más caros de toda España. Según Fotocasa, los catalanes invierten el 46,36% del su salario mensual brutos en el alquiler de su vivienda, frente al 31% que dedican el resto de los españoles. Vivir arrendado es cada vez más difícil.

Actualmente, solo un 5% de los pisos en alquiler de Barcelona están por debajo de los 800€5% de los pisos en alquiler de Barcelona y muchos se encuentra en Ciutat Vella. Llama la atención que muchos propietarios tienen más de un piso en alquiler distribuidos en diferentes calles de una misma zona.

Por ejemplo, el titular de esa casa unifamiliar reconvertida en cuatro pisos posee otro apartamento en otra vía (esta más céntrica) del Raval. Su alquiler es ligeramente más elevado (750€), pero las características del mismo no mucho mejores, aunque en este caso el agente inmobiliario lo presenta como "más acogedor aún" que el otro.

Sin embargo, de nuevo nos encontramos un panorama similiar: unos 40 metros cuadrados en los que se distribuye una habitación con una cama doble (sin ventanas ni más mobiliario) y un espacio central que sirve de cocina y de salón. En este caso, además, para utilizar el lavabo se ha de salir al exterior, a una especie de patio de luces privado (único punto del piso por el que entra la luz).

En zonas más caras, esa oferta 'asequible' es casi inexistente. Y si milagrosamente surge algo apenas dura horas. Así fue el caso en Sant Gervasi, tocando con la plaza de Francesc Macià, donde por un alquiler de 750€ al mes el aspirante a inquilino se encontraba el pasado viernes un piso de también de 40 metros, con un dormitorio, una cocina, un cuarto de baño, salón y una galería que da un patio de luces. El anuncio ya no estaba al día siguiente. 

Vivir solo, un desafío

Los elevados alquileres impiden a muchos ciudadanos vivir solos, viéndose obligados a compartir piso con al menos una persona. En muchos casos, además, los pisos son tan pequeños y poco dados a la intimidad, que solo es concebible vivir en pareja.

Según el Consell de Treball Econòmic i Social de Catalunya (STSC), el 93,4% de los catalanes viven en municipios donde las rentas de los nuevos contratos de alquiler han aumentado por encima de la renta media de los hogares. 

Mención especial merece el apartado de los cutrepisos, donde bajo esos precios más bajos se concentran habitáculos de 9 a 25 metros cuadrados, anunciados como estudios. Como un estudio de 18 metros en Horta por 600 euros, un semisótano de 30 metros en la Vila de Gràcia por el mismo precio, o un ático -sin ascensor- en el Carmel de 20 metros cuadrados a 650 euros.