CONVIVENCIA EN UN POLO TURÍSTICO DE BARCELONA

La Boqueria busca oxígeno

zentauroepp38412354 barcelona  13 05 2017 dissabte 13 de maig  a les 10 30 hores170513164121

zentauroepp38412354 barcelona 13 05 2017 dissabte 13 de maig a les 10 30 hores170513164121 / periodico

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Boqueria es un espejo más de la Barcelona contemporánea. Para muchos, un mercado que ha sucumbido al turismo. Para otros, un símbolo que no se puede perder y que todavía destila autenticidad. En cualquier caso, la lonja más universal de la ciudad atraviesa por un cambio de modelo evidente, menos de producto crudo para la nevera y más de comida preparada para el estómago. Son, por lo tanto, y si el objetivo es mantener su esencia, tiempos de contención. El ayuntamiento tiene entre mano un ambicioso plan para evitar que el espacio se convierta en un merendero. Entre las medidas previstas el despliegue de una pareja de agentes cívicos que se acaban de estrenar. Para tratar de suturar ni que sea un poco la herida entre el cliente local y el chispeante forastero.

 Estos trabajadores municipales son un síntoma de la senda que ha tomado la capital catalana en la última década. Son ya 60 y se les puede ver informando, orientando y regañando en el parque Güell, la Sagrada Família, la Barceloneta o Montjuïc. También en Trinitat Vella y en las oficinas de atención ciudadana. Su trabajo no es ninguna tontería en una ciudad en la que tanto se habla de convivencia, de gentrificación, de turismo masificado y de comercios históricos en extinción. De ahí que la Boqueria se haya convertido en uno de los William Wallace en defensa de la Barcelona de siempre. 

Lara Gomiz, responsable de la unidad de agentes cívicos, explica que se les da “formación específica en mediación de conflictos y en interculturalidad”, y que en el caso de la Boqueria, se trata de corregir cinco conductas: las aglomeraciones en los pasillos, las colas de las paradas que taponan el paso, los gritos y cánticos de las despedidas de solteros, la manía de tocar la comida y el consumo de productos sentados en cualquier esquina.

ENTRE EL POLI Y LA CONCIENCIA

Màxim López, gerente del Instituto Municipal de Mercados, sostiene que es esta figura entre el policía y la conciencia da buenos resultados. Aunque lo definitivo está todavía en la cocina política: una nueva ordenanza de mercados o, en su defecto, un nuevo reglamento de la Boqueria, que recoja asuntos como la prohibición de consumir productos dentro del perímetro de la lonja, la obligación de envasar la comida preparada o la obligación de que las paradas dispongan de un porcentaje mínimo de producto fresco para evitar que la balanza siga decantándose del lado del colorido 'fast food'. 

Noemí es una de las agentes cívicas de la Boqueria y dice que la gente responde bien a sus advertencias. Lo más habitual por ahora, los perros, que están prohibidos; los grupos masivos de visitantes, y las bicicletas, que tampoco pueden entrar. Trabajó durante siete años en la recogida de basura y antes fue joyera, hasta que un atraco le puso el miedo en el cuerpo y lo dejó. Tiene dos hijos y con esto no le llega, así que tres días a la semana prepara pan en un establecimiento de Corbera, y los domingos trabaja en un 'after' del área metropolitana.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/0\/9\/1494686504090.jpg","author":"CARLOS M\u00c1RQUEZ DANIEL","footer":"Una bicicleta cruza por los pasillos de la Boqueria, este s\u00e1bado.\u00a0"}}

Además de los agentes cívicos -estarán aquí hasta finales de octubre-, el mercado cuenta ahora con más videovigilancia, incorporando cinco nuevas cámaras. De este modo, la lonja puede controlar mejor si se cumple el veto del viernes y sábado, y de abril a octubre, a los grupos organizados de más de 15 personas

GLORIA NO LO VE CLARO

El ayuntamiento también ha recuperado en un año licencias de 24 negocios y otros 19 se han trasladado, de un total de 225. Esto permitirá, en los próximos meses, anular tres manzanas de paradas y liberar espacio para que los clientes puedan moverse mejor entre maletas y palos 'selfie'.

A pesar de los muchos esfuerzos, la pollera Gloria Arias no lo ve claro. Empezó a trabajar en la Boqueria en 1962 y asegura ser, junto al Pinocho, la más veterana del lugar. "Años atrás venia la abuela del barrio a buscar su pechuga, pero ya hace tiempo que hemos cambiado la señora del carrito por el turista de la maleta". Dice que el cambio empezó en el año 2000, y que no cree que haya vuelta atrás. Vendió la parada a una sociedad hace unos meses (por una muy buena cantidad que prefiere no revelar) y se jubilará en breve, en cuanto lleguen los papeles. "Lloré el día que firmé, pero ya estoy bien". Dice que se va orgullosa porque nunca ha cambiado de género. Aunque tiene algunas bandejas de pollo preparado. "Me lo ha pedido el nuevo propietario...".

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/2\/9\/1494686504092.jpg","author":"CARLOS M\u00c1RQUEZ DANIEL","footer":"Gloria Arias atiende a un clientes en su poller\u00eda de la Boqueria.\u00a0"}}

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Mercados m\u00e1s llenos que nunca","text":"En el caso de la Boqueria, el consistorio tiene previsto destinar 3,5 millones de euros en mejoras en el recinto que permitan esponjar el espacio y aliviar las aglomeraciones tras comprobar que esta lonja de Ciutat Vella, una de las tres del distrito, estaba en una situaci\u00f3n l\u00edmite de ocupaci\u00f3n. Dentro de este mismo plan se enmarca la voluntad de que muchos comercios dejen de ser bares encubiertos. Este objetivo, sin embargo, requerir\u00e1 de un nuevo reglamento que los grupos municipales est\u00e1n discutiendo y que deber\u00eda poder aplicarse antes de verano"}}

TEMAS