JUNTO AL VIEJO CENTRO

Bellvitge abre el nuevo servicio de urgencias 3 años después de lo previsto

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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El Hospital de Bellvitge estrena hoy el nuevo servicio de urgencias construido en la parte trasera del actual centro, un equipamiento que abre con tres años de retraso. La puesta en funcionamiento comenzó esta pasada madrugada después del traslado de los pacientes a la nueva ubicación por circuitos internos.

Las flamantes urgencias tienen tres puntos de clasificación, cinco boxes ambulatorios, 22 boxes asistenciales medicoquirúrgicos para patologías leves, 11 boxes quirúrgicos y 26 boxes médicos. El servicio está ubicado en un edificio de tres plantas más sótano que ha contado con un presupuesto de 86 millones de euros y se ha levantado entre el hospital actual y el estadio de la Feixa Llarga de L'Hospitalet. La adecuación ha contado con un presupuesto de cinco millones.

El edificio se completa con 31 quirófanos, un hospital de día, gabinetes de exploración y un área de críticos. No obstante, la entrada en servicio de estas instalaciones, cuyas obras han finalizado pero aún faltan inversiones en material por 51 millones de euros, está prevista para 2016. Otro retraso inaceptable, en opinión de los trabajadores. Para el portavoz de la Junta de Personal del Hospital de Bellvitge, Ramón Montoya, se tendría que abrir todo el edificio a la vez: «La falta de organización y de previsión económica conlleva que seamos los profesionales los que hagamos un sobreesfuerzo para que todo funcione bien».

Las instalaciones abren en el marco de protestas por los recortes que sufre la sanidad pública y en concreto este hospital, un rechazo que hicieron evidente durante la visita institucional del pasado sábado, un acto al que acudió el responsable de la gerencia territorial metropolitana sur, Joaquim Casanovas, en representación del conseller de Salut, Boi Ruiz, que canceló a última hora su anunciada presencia en el centro.

La visita se realizó en medio de fuertes medidas de seguridad y ante un centenar de vecinos, usuarios y trabajadores, que protestaban por situación que sufre este hospital de tercer nivel con una población de referencia de más de dos millones. Durante la manifestación se mostraron pancartas a favor de la sanidad pública y en contra de los recortes, y se exigió la apertura de todas las camas cerradas en el hospital, que desde el inicio de los recortes ha pasado de tener casi un millar de camas a 625.