Celebración popular y reivindicativa

BCN se sube a la bici

Fiesta final de la Semana de la bici en Barcelona

Fiesta final de la Semana de la bici en Barcelona / periodico

XABIER BARRENA
BARCELONA

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Las bicicletas, y susjinetes, ofrecieron de nuevo la cara más amable de un modo de transporte que se quiere urbano y que, en el día a día, levanta más de una fricción, por aquello de que en la cadena trófica de la jungla de asfalto los vehículos a dos ruedas se hallan por debajo de los coches y por encima de los peatones. Unas 15.000 personas, ya fuera en bici o en patines, recorrieron los 14 kilómetros de una ruta que les llevó del paseo de Gràcia al parque del Fòrum. Tiempo más que suficiente para que, aquellos que usualmente circulan sobre dos ruedas en día laborable, vivieran nuevas y viejas sensaciones. Entre las primeras, la de transitar, por un lado, sin sufrir el acoso de los coches y, por el otro, sin tener que ir esquivando a peatones que osan andar despreocupadamente por la acera. Por lo demás, lo de siempre. Tampoco ayer tuvieron que hacer caso los ciclistas de los semáforos y los pasos de peatones. Toda una tregua en la convivencia del día a día.

Si se acepta el riesgo de equivocarse, se puede aventurar, sin embargo, que el perfil de los ciclistas de ayer dista mucho del de los que se ven en la jornada laborable. Para empezar se vieron muy pocas Brompton, esas bicicletas plegables tan de moda que incluso sus propietarios pueden montar una red social propia. Tampoco se vieron cajas de fruta atadas con cuerda a la parte posterior de desvencijados biciclos y haciendo funciones de cesta. Gran presencia de cascos protectores, lo que muestra una gran cantidad de padres responsables en la comitiva acompañando a sus vástagos.

LA VENGANZA FRANCESA / Y luego está el atuendo. Puede ser que Francia no dé pie con pedal en el Tour desde 1985, pero como venganza han inundado el mundo de prendas de una de sus multinacionales de distribución de artículos de deporte. Con nombre de especialidad atlética, para más señas.

El recorrido finalizó en el llamado parque del Fòrum, es decir, en la explanada nacida tras el cubrimiento de la depuradora del Besòs. Quizá la mejor y más difícil obra de construcción del espacio público de la ciudad que arrastra el sambenito de estar asociada al Fòrum 2004.

Fue todo un detalle que los 14 kilómetros acabaran en ese leve repecho que supone el inicio de la explanada, el que sirve para cubrir, precisamente, la central de tratamiento de agua. Apenas molesto para las bicicletas, más de un patinador tuvo que poner sus cuádriceps aWarp 2de potencia para llegar al final.

Allí, en la explanada, esperaba una especie de parque temático para ciclistas y patinadores, el Bike Show, 50.000 metros cuadrados. La feria más grande de Europa.

Los visitantes pudieron participar en un buen número de actividades relacionadas con las ruedas sin motor. En la parte más cercana al parque de los Auditorios, el que proyectó Alejandro Zaera, incluso dentro de él, se desarrolló una competición entre niños de no más de 8 años. Ver cómo subían el repecho levantándose del sillín, al más puro estilo Fausto Coppi, o para los lectores más jóvenes, Felice Gimondi, era todo un espectáculo.

En un ambiente festivo y familiar, los circuitos de eslalon para patinadores se alternaron con otros de trial para ciclistas. En medio, unos jóvenes montaban y desmontaban sucabrade titanio con tal destreza que recordaba la de los marines de Estados Unidos con sus fusiles.

FINAL DE LA TREGUA / A media tarde, en un paso de peatones de esos que los munícipes han dejado sin dividir el espacio para ciclistas y peatones, seguramente confiando en la autogestión, una mujer se levanta del sillín y hace sonar el timbre de su bicicleta porque un hombre cruza la avenida Diagonal a pie a paso de tortuga. La ciclista se pone al lado del peatón y aminora la marcha. Se cruzan dos misteriosas palabras que terminan con ella otorgando al hombre el mismo título queThe Times le dedicó a Joan Gaspart, cuando era presidente del Barça, y este, a su vez, rescatando el insulto más sexista que pudo recordar. Las treguas duran lo que duran. En el horizonte, la regulación de las bicicletas en las aceras que prometió el alcalde, Xavier Trias.