EL AYUNTAMIENTO RECTIFICA

Barcelona rebaja de 3.400 a 100 euros la sanción al abuelo de las 'manis'

Pere Cuadrado, de verde, en la concentración en Sants frente a la sede del distrito por la que le multaron con 3.000 euros.

Pere Cuadrado, de verde, en la concentración en Sants frente a la sede del distrito por la que le multaron con 3.000 euros. / @PAH_BCN

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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El Ayuntamiento de Barcelona ha retirado la multa de 3.000 euros que impuso el pasado 24 de julio al veterano activista Pere Cuadrado, omnipresente en las manifestaciones en la ciudad, por no obedecer a los agentes de la Guardia Urbana que le instaron a que cesara en sus cánticos, megáfono en mano, contra el cuarto intento de desahucio de una mujer y sus tres hijos en la Zona Franca.

La rectificación municipal llega tres días después de que EL PERIÓDICO se hiciera eco del caso de Cuadrado. Este ha recibido el apoyo de sus compañeros de mil protestas, que con la campaña Tots som el Pere pedían la retirada de una multa que consideraban "una forma de represión al derecho a protesta". Cuadrado, que ayer recibió la buena noticia a través de este diario, se alegró de su victoria, pero, fiel a sus firmes convicciones, insistió en que "hoy [por ayer] la noticia es la acción en Bankia, entidad que ha bloqueado las negociaciones de cientos de casos de afectados por hipotecas mientras sus exdirectivos se han estado lucrando fraudulentamente".

Pero la multa de 3.000 euros retirada ayer no era la única sanción que le impuso la Guardia Urbana a Cuadrado en la protesta del 24 de julio.  Había otras dos, una de 300 euros- que por pronto pago quedaría reducida a 75 euros- por "perturbar el descanso y la tranquilidad de los vecinos" y otra por usar un megáfono, de 90 euros, que quedaría en 22. Estas dos, que suman 97 euros, siguen pendiendo sobre la cabeza del activista, que recurrirá contra ellas.  Fuentes municipales explicaron que el concejal de Sants-Montjuïc, Jordi Martí, decidió retirar la multa de 3.000 euros (por "desobediencia" a la Guardia Urbana) al percatarse ahora que esta infracción no se puede aplicar porque la desobediencia no es sancionable en el marco de la ordenanza del civismo.

LA SORPRESA DEL ABOGADO

Robert Sabata, abogado de Cuadrado, recibió ayer a través de este diario la noticia de la retirada de la sanción y se mostró sorprendido, pues aún no había presentado formalmente el recurso. "La orden de los agentes de hacer callar a Cuadrado era totalmente ilegítima, el derecho de protesta y la libertad están por encima. No es el derecho sancionador el que limita los derechos fundamentales, sino la Constitución", apuntó el letrado, quien insistió en que sancionar una protesta pacífica como la del 24 de julio frente a la sede del distrito de Sants por un asunto tan elemental como el derecho a la vivienda suponía una criminalización de la protesta sin precedentes en esta ciudad. "Las libertades que suponen una expresión pública de la ciudadanía han de ser objeto de especial atención y protección", añadió el abogado, quien, ajeno a la decisión municipal, justo ayer por la tarde se había reunido con Cuadrado y varios testigos para ultimar el recurso.

A ojos de Sabata, de no haber retirado la multa, "se podría afirmar que la aplicación de la ordenanza del civismo en este caso, por causa de su desproporción, ilegitimidad y carácter represivo, creaba un efecto inhibidor de la protesta civil pacífica y buscaba la represión de la disidencia y constituía un ataque frontal al ejercicio ciudadano de derechos constituciones". Efecto inhibidor que, en el caso de Cuadrado, habría sido totalmente inocuo. "Si pensaban que con multas me iban a callar, lo llevaban claro. Yo soy mayor y no tengo miedo", declaró el activista incombustible, quien insistió en que seguirá luchando en calle "por una sociedad más justa, y sobre todo por la gente joven".

EN TODAS LAS BATALLAS

A sus 67 años y siempre apoyado en un bastón desde que se sometió a una operación de cadera, Cuadrado no se pierde una manifestación. Es un incondicional de las movilizaciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en la capital catalana -como la del día de la polémica multa-, de las acciones contra la subida del precio del transporte público, contra la corrupción -tema que ayer le preocupaba sobremanera, después de las noticias de los últimos días-, contra las preferentes, los recortes... "Mientras pueda, seguiré luchando por toda la gente que lo pasa mal", explica el combativo jubilado, vecino del barrio del Raval.

Nacido en Almería, Cuadrado llegó a Barcelona con su familia a los dos años. Vivió en Las Misiones, en Montjuïc, y en las barracas de Eduard Aunós, donde se inició en la lucha social. Por el barrio y contra el franquismo, fue a la cárcel en más de una ocasión. Desde el 15-M, es el rostro del sector más veterano de los indignados barceloneses.