NUEVAS TECNOLOGÍAS DE USO URBANO

BCN proyecta una flota de coches sin conductor para llevar ancianos

Los investigadores trabajan con modelos de turismos e incluso de autobuses

Ex sultum se nentem Romneque viriam ingulto rumus, Catarib

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CARMEN JANÉ / BARCELONA

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Los coches que se conducen solos no son ya únicamente cosa de Google o Tesla, sino que en Barcelona podrían comenzar en breve pruebas de vehículos sin conductor en entornos urbanos cerrados, si se salvan algunos obstáculos legislativos. Serán los primeros frutos del proyecto que mantienen el ayuntamiento, la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), el RACC y las compañías Idiada Urbis para llevar coches autónomos en las ciudades para el transporte de ancianos y discapacitados.

Estas cinco entidades han constituido una mesa de trabajo para valorar las investigaciones que lideran los investigadores de robótica de la UPC y que podrían desembocar en pocos años en tener vehículos automatizados funcionando. «Serán coches autónomos o semiautónomos que envíen información constantemente a la ciudad sobre su posición y gestión, y que en un momento concreto, puedan delegar su conducción a un centro de control, que asumirá la dirección del vehículo», explica el catedrático Alberto Sanfeliu, que lidera las investigaciones.

Serían coches pequeños que recogerían a la persona, realizarían el trayecto y aparcarían solos, por ejemplo. «O coches que al entrar en una ciudad conectada distinta a la suya, pudieran ser guiados sin intervención del conductor, pero esto es ya muy a largo plazo porque requiere mucha conectividad», añade el investigador.

De momento, su idea son pequeños vehículos que asistan a personas con problemas de movilidad, con más autonomía que las sillas de ruedas eléctricas. Pero hay quien planea también autobuses que fueran conducidos sin chófer. De hecho, la línea 9 del Metro funciona sin chóferes sobre vías controladas.

«Creemos que puede ayudar a mejorar la movilidad por temas de seguridad, porque si reduces el factor humano estás reduciendo la probabilidad de accidentes, y también porque puedes ayudar a una movilidad más eficiente, más sostenible y con rutas optimizadas», explica Tomàs Gea, gerente de Infraestructuras y Coordinación de la concejalía de Hábitat Urbano del Ayuntamiento de Barcelona.

Servicio compartido

«Hay también un tema social. Cada vez hay una población que vive más años y, aunque pierde habilidades, quiere seguir conduciendo. Poder tener vehículos que nos puedan llevar de forma autónoma sería una forma de recuperar esta independencia», señala Jordi Ortuño, coordinador de los proyectos de smart cities de Hábitat Urbano. El ayuntamiento se plantea como hipótesis que sea incluso un servicio compartido entre particulares, que haya una empresa que lo ponga a disposición de los ciudadanos en plan Bicing o Carsharing,

«Cuando se conducían carros, si el conductor se dormía, el caballo o la mula lo llevaba a su casa. Ahora como te duermas al volante, ni lo explicas», ironiza Gea para justificar el control del vehículo por máquinas.

Aunque el coche robotizado, o los robots en forma de coche -que es lo que son en realidad-, ya llevan bastantes años en pruebas, y algunos han hecho miles de kilómetros en carreteras cerradas, la legislación aún no les ha dado vía libre. En la Unión Europea es obligatorio llevar conductor. Y a las aseguradoras aún les queda más lejos, porque plantean quién asumiría la responsabilidad en caso de accidente. Cuando se venza esto, habrá coches fantásticos por Barcelona.