UNOS 25.000 ASISTENTES

BCN se llena con el Día del Orgullo Gay

HELENA LÓPEZ / Barcelona

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El Día del Orgullo Gay en Barcelona. El desfile del 28 de junio es probablemente la manifestación anual en la que se dan más besos. Una verdadera exhibición de amor. De amores, en plural. En todas sus formas y colores. "Nadie puede decirnos cómo tenemos que querernos", rezaba la camiseta lila de una de las miles de personas que este domingo llenaron las calles de la capital catalana en la celebración del Día del Orgullo Gay. Fueron dos encuentros en paralelo. Uno, el minoritario, bajó por la Rambla en un claro recuerdo a las históricas manifestaciones contra la homofobia de los años 70 encabezadas por celebridades como Ocaña. El otro, más multitudinario, subió el Paral·lel arriba hasta la plaza de Espanya en un animado desfile, en un ambiente mucho más discotequero aunque igual de amoroso. Unas 25.000 personas participaron en las marchas.

Pese a las muchas diferencias entre una manifestación y la otra, había más cosas que las unían que que las separaban. Para empezar, el punto de partida: la necesidad de salir a a la calle. De hacerse visible. Como decía el activista LGBT argentino Carlos Jáuregui, "en una ciudad que nos educa para la vergüenza el orgullo es una respuesta política". Es por ello que, pese a que el desfile del Pride Parade –el del Paral·lel– tenía un marcado carácter comercial, con exuberantes carrozas de discotecas y de otros negocios orientados al público gay, el simple hecho de salir a la calle y romper los tabúes aún existentes –en eso también coinciden todos– es el mayor acto político.

Estilo Wurst

Entre las carrozas del Pride convivían en un ambiente de hermandad y júbilo verdaderas dobles de Conchita Wurst, unas ovacionadas y espectaculares Azúcar Moreno y pancartas con mensajes como "las familias lesbianas y gays existimos".

La manifestación que recorrió el centro, entre la plaza de la Universitat y la de Sant Jaume, bajo el lema "Vivo en positivo, ¿y tú?". La otra, más festiva y numerosa, ha salido del parque de las Tres Xemeneies y ha recorrido el Paral·lel hasta la plaza de Espanya. El lema de la segunda ha sido "Los derechos humanos son derechos humanos". Este ha sido el segundo 28 de junio en que la manifestación convocada por la Comissió Unitària --los grupos con un mensaje político más claro--, y la cabalgata del Pride Barcelona, impulsada por los empresarios del ocio gay, han coincidido en día y hora.

Diversas marchas

Pese a que hubo intentos de unificar las marchas, ambas con un objetivo común: luchar por los derechos de los gais, las lesbianas, los transexuales y los bisexuales, no se logró llegar a un acuerdo. La manifestación de la Comissió Unitària, que pese al nombre, ha sido la que ha reunido a menos personas, ha hecho un recorrido que recuerda a las míticas marchas de los 70 encabezadas por Ocaña. El tema central de su mensaje ha sido el sida. "Exigimos la inversión pública y necesaria en la lucha contra el VIH, en prevención, en sanidad, en la lucha contra el estigma, en investigación científica. Es obligación de las administraciones públicas. Basta de recortes. La falta de inversión en la lucha contra el VIH significa necesariamente el aumento de infecciones de VIH. No lo consentiremos. Señalemos a los culpables", reza el manifiesto que han leído en la plaza de Sant Jaume.

Manifiesto

Pese a la negativa de tener la lucha contra el VIH como elemento central, el manifiesto leído tras el multitudinario desfile del Pride también tuvo un carácter reivindicativo: "Actualmente en 76 países del mundo las relaciones entre personas del mismo sexo son penalizadas y en siete países se condena con pena de muerte", denunciaron ante miles de personas, en un manifiesto que también lamentó –el verbo fue lamentar– que a causa de los fuertes recortes se hayan cerrado servicios tan importatens para la comunidad LGBT como el 900 Rosa o la Federació d’Associacions de la Coordinadora de Lesbianes, Gais, Transexuales o Bisexuales, la Coordi, pionera en la lucha por la defensa de los derechos del colectivo y contra el sida.

Ambas concentraciones fueron retratadas prácticamente segundo a segundo por cientos de turistas, siempre a punto para una sugerente selfie barcelonesa, cuanto más exótica mejor. La mayoría de los que toparon con la manifestación del centro lo hicieron por casualidad, a juzgar por sus caras de sorpresa. Muchos de los turistas del desfile enmarcado dentro de las actividades del Pride Parade –que duraron todo el día y continúan hoy–, en cambio, se habían desplazado hasta la capital catalana expresamente para disfrutar del desfile. Barcelona lleva años siendo la capital veraniega del turismo gay, sobre todo desde la celebración en agosto del festival Circuit.