Yacimiento ARQUEOLÓGICO junto a LA BARCELONETA

BCN halla las barracas de los pobres de los siglos XVI y XVII

Restos de las barracas del mar (izquierda), en septiembre. Pisos sociales (derecha) en construcción en el solar, ayer, con el baluarte del Migdia delante.

Restos de las barracas del mar (izquierda), en septiembre. Pisos sociales (derecha) en construcción en el solar, ayer, con el baluarte del Migdia delante.

RAMON COMORERA
BARCELONA

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Es un hecho excepcional encontrar vestigios de los pobres de la historia, de las clases sociales más bajas de épocas remotas. Arqueólogos e historiadores señalan que el ínfimo valor y solidez del lugar donde vívían y de sus mismas pertenencias han llevado a la desaparición o destrucción de esos espacios. Además, las fuentes documentales hablan poco de ellos, la historia se escribe desde las clases pudientes y sus nobles vestigios, y si lo hacen es, en todo caso, a partir de un punto de vista ajeno. La construcción por el Patronato Municipal de la Vivienda de 150 pisos sociales en la calle del Doctor Aiguader, junto a la estación de França y el redescubierto baluarte del Migdia, ha permitido sin embargo a Barcelona anotarse ahora una excepción absoluta a esta sombra histórica: el descubrimiento de 24 barracas de los siglos XVI y XVII usadas por pescadores y con mucho material en su interior.

Las excavaciones, encargadas por el Instituto de Cultura de Barcelona (Icub) y dirigidas por el arqueólogo Mikel Soberón de la empresa especializada Codex, acabaron en septiembre. El hallazgo se documentó y las piezas de interés se llevaron al centro municipal de restauración y almacenamiento de la Zona Franca. En el lugar crece ahora la enorme estructura de los dos bloques de pisos para desalojados de la Barceloneta y de otras actuaciones urbanísticas. Mañana, Soberón expone estas primeras conclusiones de la excavación en una conferencia de Tribuna d'Arqueologia de la Generalitat en el Palau Marc de la Rambla.

MONEDAS Y FICHAS / Josep Pujades, responsable de Intervenciones Arqueológicas del Icub y moderador del acto, destacó ayer que la existencia de estas barracas de pescadores, al igual que las relacionadas con el aceite o el vino, era conocida por grabados y textos de la época, pero hasta ahora no se habían podido encontrado vestigios.

En el enclave, además de restos de las rudimentarias construcciones y de los materiales perecederos que se utilizaban, se ha recuperado mucha cerámica del siglo XVII, un extraordinario conjunto de 500 monedas, varias de Luis XIV de Francia, conde de Barcelona entre 1643 y 1653 (algunas posiblemente falsas, apostilla Pujades), aparejos de pesca como plomos de redes y anzuelos, y también fichas de juego.

Estas fichas que se hacían con restos de cerámica reutilizada confirman, según Soberón y Pujades, que en la zona se producían actividades relacionadas con el juego. Estas prácticas ilegales llevaban periodicamente al Consell de Cent (autoridad municipal de Barcelona creada en el siglo XIII y abolida por Felipe V tras la derrota de 1714) a derruir las barracas, si bien con el paso del tiempo se volvían a autorizar y a construir. En ese lugar cercano al puerto se desarrollaban también intercambios comerciales al margen de los impuestos de la época.