BCN estudia impulsar una cooperativa de chatarra

En los últimos cuatro años el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha liderado un proyecto internacional basado en la creación de cooperativas y microempresas para gestionar residuos urbanos en tres territorios latinoamericanos: San Salvador (El Salvador), Callao (Perú) y Managua (Nicaragua). El resultado de la colaboración, recién concluida, ha sido aplaudida por la Comisión Europea en tanto ha logrado crear más de 350 empleos y ha mejorado de manera notable la vida de decenas de recogedores callejeros de basura. Este proyecto ha llegado a los departamentos de Inmigración, de Calidad de Vida y de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona, donde se está estudiando la posibilidad de copiarlo para combatir la problemática de las decenas de chatarreros que recorren la ciudad empujando carros de súpers, la mayoría, simpapeles que han sido desalojados de asentamientos de Sant Martí.

A diferencia de una propuesta municipal anterior, desestimada por el propio consistorio en tanto el comisionado de Inmigración, Miquel Esteve, calculó que se necesitarían más de 300.000 euros para crear cinco empleos en una cooperativa de chatarra (al margen de que la iniciativa no resolvería el problema de los que no tienen documentación), implantar la fórmula que se ha aplicado en las tres ciudades donde funciona supondría 3.000 euros por cada sociedad. Un cálculo que estimó ayer Jordi Portabella, presidente del Consejo Metropolitano de Cooperación Internacional para el Desarrollo del AMB, quien alabó las bondades de este proyecto para ser trasladado a Barcelona durante la presentación del plan director de cooperación 2013-2016 del ente metropolitano. La puesta en marcha de cooperativas o microempresas, adujo Portabella, situaría a los recogedores dentro del circuito «legalizando lo que venden y sin necesidad de habilitar ningún almacén porque la chatarra la llevarían directamente a los puntos verdes».