amenaza de huelga DE BUS y metro durante el mobile world congress

BCN afronta una semana clave para tener la feria del móvil en paz

Empleados de TMB y vecinos del Raval protestan, ayer, durante la inauguración de la plaza de Salvador Seguí.

Empleados de TMB y vecinos del Raval protestan, ayer, durante la inauguración de la plaza de Salvador Seguí.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Asiete días de que empiece el Mobile World Congress, nadie sabe todavía si la huelga de metro y bus convocada por la plantilla de TMB cristalizará o si, por el contrario, la mediación de Treball que empieza hoy logrará desencallar la negociación colectiva. Muy difícil lo tendrá el Govern ante posturas tan encontradas; con una empresa sin dinero y unos trabajadores históricamente muy combativos que no tienen reparo alguno en reventar la cita económica del año en Barcelona.

El conflicto lleva mes y medio en la cocina. Los trabajadores de bus tienen convenio vigente hasta finales de año, mientras que los del metro lo agotaron el pasado 31 de diciembre. Siempre han negociado por separado porque responden ante dos empresas distintas, pero en esta ocasión comparten escudo y espada tras el anuncio de la compañía a unos y otros de que el IPC acumulado del 2011 no lo iban a cobrar por la necesidad de ahorrar 56 millones de euros en el curso 2011-2012. Sale a unos 700 euros por trabajador, pero Miguel Ángel Arias (UGT), presidente del comité de empresa de bus, mantiene que «da igual que sean 700 o siete euros, el caso es que los acuerdos deben cumplirse porque si no se genera una desconfianza muy peligrosa cara al futuro». «¿Quién nos asegura que con los recortes de servicio no empezarán a despedir a la gente?», sostiene.

TMB les ha prometido congelación de salarios y mantener toda la plantilla. La compañía también pondrá sobre la mesa un nuevo plan de viabilidad que no ha querido concretar para que sean los representantes laborales los primeros en conocerlo esta mañana, aunque todo parece indicar que los sindicatos, con la presión de una asamblea muy encendida, difícilmente aceptarán nada que no incluya el IPC prometido y la información detallada de cuánto cobran los directivos. Será hoy, a las once en la sede de Treball, y debajo, en la calle, se espera que se concentren trabajadores de metro y bus para apoyar a sus representantes.

PETARDOS Y MEGÁFONOS / Xavier Trias tuvo que volver a referirse al conflicto ayer, durante la inauguración de la plaza de Salvador Seguí, en el Raval. Decenas de trabajadores de TMB le esperaban para boicotear el acto con petardos y megáfonos. Se sumaron un grupo de vecinos de la Assemblea del Raval, que tachan de «especulación inmobiliaria» la transformación del barrio. El alcalde apeló una vez más a la necesidad de buscar «puntos de encuentro que permitan que la huelga no se lleve a cabo». «Solo tiene que cumplir lo que está legalmente establecido, así de fácil», le respondió Josep Garganté, conductor de bus y miembro de la CGT, sindicato que, pese a no contar con mayoría, capitaliza las asambleas.

Al margen del diálogo, la empresa organizadora del congreso sigue a la espera de que Govern y ayuntamiento le concreten su plan B de movilidad en el caso de que la huelga siga adelante. Se espera que la Generalitat, tal y como insinuó el propio Trias, marque unos amplios servicios mínimos (cerca del 60% durante las horas punta), pero está por ver si se organizan autocares lanzadera que conecten Montjuïc con puntos estratégicos de la ciudad.