La Barceloneta no quiere ningún piso para turistas

Rabell dedicó unas palabras concretas al barrio barcelonés en su discurso inicial, muy aplaudido entre los vecinos del barrio. «La morfología del barrio es incompatible con cualquier forma de piso turístico», concluyó. En la misma línea habló Pepa Picas, de la asociación L'Òstia de la Barceloneta, que insistió en la idea de que cada piso turístico supone la expulsión de una familia, «en un barrio con una gran escasez de pisos sociales», insistió la mujer. En el barrio marinero todos los movilizados -los de las distintas asociaciones- coincidieron en rechazar todos los pisos turísticos. «Ni legales ni ilegales», subrayaron.

Tomaron después la palabra propietarios de pisos turísticos y miembros de Anfitriones de Barcelona, quienes defendieron que generan riqueza. «Tengo cuatro pisos turísticos y nunca me han puesto una multa», apuntaba Gustavo Carrasco, muy aplaudido por la parte delantera de la sala, ocupada por los sectores que se benefician del turismo, y abucheado por la parte trasera, los perjudicados. Además de las dimensiones de la sala, fue muy criticado también el reparto del aforo (los vecinos quedaron al fondo).