Un Goya en la persiana

Franz Marc pintó su famosa 'Vaca amarilla' en 1911, el mismo año que contrajo matrimonio con Maria Franck. Muchos estudiosos de su obra creen que no es casualidad, y han interpretado que el cuadro es una metáfora de la unión. Teniendo en cuenta que Marc había elaborado toda una teoría sobre el significado de los colores, y que tenía al amarillo por símbolo de lo femenino y lo sensual, han llegado a la conclusión de que esa vaca feliz surcando el paisaje representa a la esposa, y que las montañas azules de fondo –“el azul representa los atributos masculinos, intelectualidad y espiritualidad”, dijo alguna vez– contienen al propio autor. Marc pintó muchos animales, pero la vaca de 'Vaca amarilla' es el único animal feliz que pintó. Se considera una obra maestra y está expuesta en el Museo Guggenheim de Nueva York.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Un total de 24 comercios","text":"\u00a0de las calles de Galileu y Vallespir se han sumado a la iniciativa"}}

Todo lo cual viene a cuento porque una 'Vaca amarilla' ha sido avistada recientemente en la estrecha calle de Galileu, en el barrio de Sants, para ser precisos en la persiana de la carnicería Super-carn. Comoquiera que han pasado más de 70 años desde la muerte del artista –Marc falleció en el frente, en la batalla de Verdún, en la Primera Guerra Mundial–, los derechos de los herederos han caducado y 'Vaca amarilla' se puede reproducir en cualquier lugar. A saber cuántas vacas felices habrá por ahí, campando ante el masculino azul; esta en particular lo hace donde en principio menos le conviene rondar a un rumiante de su especie, pero no es del todo una contradicción. Había que encontrar una obra de arte clásico que hablara de algún modo de lo que ocurre de persianas para adentro, en el interior del local, y 'Vaca amarilla' de Marc se ajustaba bastante bien. Quién sabe, igual algún día se convierte en un icono carnicero.

EXQUISITA MINUCIOSIDAD

El paseante habitual de Galileu ha detectado en los últimos días una transformación notable en las persianas del lugar, y ha descubierto, probablemente con agrado, que en lugar de las habituales firmas 'grafiteras' hay ahora obras de arte clásico. La plataforma de arte urbano Rebobinart y el Eje Comercial Sants-les Corts se han puesto de acuerdo y de unas semanas para acá la metamorfosis se puso en marcha, no solo en Galileu sino en la vecina Vallespir. “Son dos calles muy comerciales pero también muy opacadas por el poderío de la calle de Sants, así que el objetivo es darles mayor visibilidad”, explica Miriam Alarcón, de Rebobinart. Los responsables de cada comercio recibieron un abanico de propuestas de obras clásicas, siempre relacionadas con su actividad, y se dieron a la tarea de escoger, a veces con exquisita minuciosidad: ¿un Goya? No. ¿Un Monet? Tampoco. ¿Un Renoir? Bueno, tal vez. Hace un mes se inició la redecoración. Dos artistas urbanos de estilo afín, Jalón de Aquiles y Lucie Blin, han sido los elegidos para pintar. Las 24 persianas que participan en el proyecto estarán terminadas a mediados de diciembre, justo a tiempo para la campaña de Navidad.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Las obras son coherentes","text":"\u00a0con el tipo de comercio: a Super-carn le toc\u00f3 'Vaca amarilla' de Franz Marc"}}

Hay unas pocas acabadas ya, algo más de media docena, y su poder de atracción no radica únicamente en la obra de arte en sí, en eso de encontrarse a la 'Vaca amarilla' a la vuelta de la esquina, sino en algo que tiene que ver con el contraste. “FAP Palau –reza el letrero de un taller de mecánica, en el 140 de Galileu–. Injecció. Electricitat. Electrònica. Diagnosi i posta a punt per ordinador”. Y allí, debajo de eso tan pedestre, tan evocador de motores a combustión y de cigüeñales y grasa, aparece la majestuosa 'Death on the Ridge Road' de Grant Wood, que retrata el instante previo a un accidente en la carretera. Taller mecánico, cuadro de Wood. Eso es darle altura a las cosas.

EL ARTE DEL CAMUFLAJE

En 1916, en plena guerra, el Gobierno alemán elaboró una lista de artistas reconocidos que se habían alistado con la intención de retirarlos del frente. Marc figuraba en ella, pero lo mató el impacto de una esquirla de metralla antes de que llegara la noticia de su reubicación. Se le echó de menos. Le había sido encargada la tarea de pintar las lonas que camuflaban la artillería de tierra y lo hizo como el artista que era, creando nueve lonas distintas con estilos que iban “desde Manet hasta Kandinsky”. Tuvo bastante éxito.