Conferencia en el Col·legi de Periodistes

Barcelona también sancionará a los bancos que tengan pisos vacíos

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Xavier Trias no es un hombre  que coleccione enemigos. Algunos lo achacan a su ademán afable y bonachón. Otros, a su capacidad para jugar con las palabras, esto es, adaptar el discurso según la circunstancia. Ayer, sin embargo, orillando ambages y trampas, adelantó que Barcelona «sancionará a los bancos que mantengan pisos vacíos, especialmente en los barrios necesitados». De este modo, el alcalde añadía la capital catalana a la lista de municipios que ya han anunciado que abrazan la moción de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), cuyo único objetivo es recuperar las viviendas que llevan años desocupadas.

El alcalde compartía su hoja de ruta para el año en curso en la conferencia que cada enero organiza el Col·legi de Periodistes. En presencia del conseller de Presidència, Francesc Homs, y de la mitad de su gobierno, Trias blandió un discurso que buscó cimentar su condición de socialdemócrata en el ámbito social y liberal en lo económico. Repasó lo pretérito, pero a diferencia del año pasado, donde ofreció un pacto de ciudad a PSC y PP que muy pocos compraron, se centró en un futuro real, quizás sabedor de que la gente no votará en mayo del 2015 con el retrovisor.

ÁNIMO CONCILIADOR / Avanzó que en el pleno del 31 de enero CiU, junto a PSC y UpB, votará a favor de la proposición que ICV-EUiA tiene previsto presentar en un formato todavía por determinar, pero aseveró en varias ocasiones que espera evitar la incomodidad de «tener que sancionar a los bancos». No porque no lo merezcan, sino porque atesora la esperanza de que las entidades «acabarán haciendo su trabajo y entenderán que no podemos seguir así».

Sin entrar en detalles, sostuvo que Barcelona «no tiene actualmente un problema grave de pisos vacíos propiedad de los bancos y cajas», y prometió mano dura «especialmente con las zonas más necesitadas, como Ciutat Meridiana, Trinitat Vella o el suroeste del Besòs». Ayer por la mañana, una representación de la PAH se reunió con el tercer teniente de alcalde y concejal de Hábitat Urbano, Antoni Vives, que ya les avanzó que el consistorio se sentía cómodo con el texto propuesto. La plataforma celebró a través de un comunicado la «actitud valiente del ayuntamiento frente a las entidades financieras», una decisión que espera sirva «de ejemplo a otros municipios catalanes».

Según los datos de la PAH, en Barcelona el número de personas sin hogar ha crecido un 43% en el último año y se registran 20 desahucios diarios. El documento prevé, en el caso de que se mantenga desocupado un piso de forma injustificada, la aplicación de sanciones de hasta 100.000 euros, en cumplimiento de la ley del derecho a la vivienda.

UNIVERS A LA VISTA / Más allá de los pisos, el alcalde anunció también que ha pedido a la delegada del Gobierno, Llanos de Luna, «una reunión constructiva» para hablar del Centro de Internamiento de Inmigrantes (CIE) de la Zona Franca y de la necesidad de conceder permisos temporales de trabajo a los inmigrantes irregulares, medida urgente en una capital que no ha dado con la solución adecuada a los asentamientos del distrito de Sant Martí. Adelantó también que el ayuntamiento costeará la construcción de la escuela Univers, en Gràcia, equipamiento que debería correr a cargo de la Generalitat pero que, como sucedió con el CEIP Mediterránia, pagará la ciudad porque el Govern tiene la caja vacía. «Ya sé que me dirán de todo», ironizó.

No podía evitar el alcalde una mención al transporte público después de que en las última semanas se hayan alzado numerosas voces contrarias al aumento de las tarifas. Achacó el encarecimiento al «imposible» déficit que arrastra la empresa TMB (500 millones) y volvió a cargar contra el Gobierno por aportar menos dinero. No aportó argumentos nuevos, quizás esperando que el usuario asimile los precios y rebaje su cabreo.

Trias compartió también que su equipo trabaja en un plan para que los comercios históricos no desaparezcan, y a la queja de un tendero del paseo de Gràcia, confesó que esa reforma «se hace a la carta para los comerciantes».