Barcelona se enreda con la reforma de la plaza de Espanya

El Ayuntamiento de Barcelona se enreda con la reforma de la plaza de Espanya. Mientras la concejala de Movilidad apuntó unas medidas hace unas semanas, ahora el consistorio afirma que no hay nada cerrado. El concejal del PP Javier Mulleras se quedó patidifuso el paado 23 de marzo, cuando, al preguntar por un carril bici concreto, le salieron con una “reforma completa” de uno de los epicentros de Barcelona. El edil conservador instaba al gobierno local a detallar el porvenir del vial ciclista de la plaza de Espanya, y se fue a casa con el inesperado titular de que esta infraestructura, prevista para agosto del 2015 y heredada del gobierno de CiU, formará parte de una transformación global del entorno de la que nadie tenía noticia.

La responsable de Movilidad, Mercedes Vidal, fue la encargada de anunciar el proyecto en la comisión de Movilidad y Seguridad del mes pasado. Habló de “un grupo de trabajo transversal”, dijo que las obras empezarán en el 2017 y avanzó que el corredor para bicicletas irá por el exterior, pegado a la acera, opción que hace unos meses se descartaba, cuando se probó por el interior, entre el carril bus y el resto de vehículos. También aseguró que se ha pintado un carril provisional hasta que empiecen las obras, con el objetivo de dar continuidad a la red ciclista, algo que, remarcó, se había dejado de lado en los gobiernos anteriores. Todo esto es lo que anunció la concejala, pero fuentes del consistorio concretan, o mejor dicho, corrigen ahora sus palabras: "No hay una decisión tomada sobre por dónde debe pasar el carril bici". Y para más inri, ese pasillo temporal del que habló Vidal nunca ha existido. "La concejala no se expresó bien", apunta un portavoz. 

COHERENCIA Y COORDINACIÓN

La "reforma completa", según detalla esta voz municipal, se limita a tres actuaciones: el carril bici, la reforma del extremo del Paral·lel en su enganche con Espanya y el cierre y pavimentación de una isleta de Creu Coberta, donde está la parada del Aerobús. "Para dotar de coherencia y que las obras estén coordinadas entre sí, se está trabajando en un proyecto conjunto de la plaza que comportaría una reforma del espacio público", completa el mismo portavoz, que sostiene que no hay nada cerrado sobre el diseño del vial ciclista "a la espera de tener el proyecto global". No es eso lo que aportó Vidal a los concejales en la comisión, a los que, hasta en dos ocasiones, informó de que la infraestructura sería exterior, a pesar de que en julio, el director de Movilidad, Adrià Gomila, explicó a este diario que esa alternativa quedaba descartada porque complicaría la salida de vehículos de la rotonda, que en cada cruce se encontrarían con las bicis. 

Si el carril ciclista pasa a quedar pegado a la acera, en ningún caso podría pintarse por delante de los cinco apeaderos del bus repartidos por la plaza. Sucedería lo mismo que en Eixample, donde en muchas esquinas los vecinos deben atravesar la zona de pedaleo para tirar la basura. Esa “reforma completa”, de seguir los deseos de la concejala, requeriría avanzar los andenes del transporte de superficie y colocar detrás el pasillo para las bicicletas.

CONTINUIDAD INVISIBLE

Carles Benito, portavoz del Bicicleta Club de Catalunya (BACC) se muestra satisfecho por el anuncio de Vidal. Él mismo participó en las pruebas para colocar el raíl ciclista entre el carril bus y el resto de vehículos, el pasado 16 de julio. Se sintió como el queso en un biquini: aplastado. Aquello demostró ser una ratonera para las bicis y, al parecer, se acabó descartando a pesar de que ya estaba la obra adjudicada. Tampoco lo veía claro la Guardia Urbana, aunque lo decía con la boca pequeña para no entrar en una pugna entre vial y política con el ayuntamiento. “Aquello de ir junto a los autobuses era una locura, siempre les dijimos que por seguridad, la mejor opción era instalarlo junto a la acera”, resume Benito. Están contentos por la (supuesta) rectificación, pero no tanto con los plazos, pues si se cumple el nuevo calendario, se estrenará con más de dos años de retraso.

Esa espera podría almidonarse con un pasillo provisional que garantice a los ciclistas cierta continuidad en sus recorridos a través de la plaza. Según Vidal, este sendero temporal es una realidad: "El carril bici actual ya existe, ya está hecho precisamente para dar solución a la continuidad mientras trabajamos en la solución definitiva. No queríamos que las bicis esperaran a que tuviéramos la reforma completa". La concejala quizás confundió el deseo con la realidad, porque el pasillo del que habla, nunca llegó a ejecutarse. Aunque, quizás, como señala el ayuntamiento, "no se expresó bien". 

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Carriles demasiado estrechos","text":null}}