Barcelona planea una estrategia para reasumir la gestión del agua

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El Periódico / Barcelona

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El año pasado, Barcelona anunció su intención de reasumir la gestión pública del agua. Un sendero complejo, pero que cuenta con el aval de buena parte de las fuerzas del plenario municipal. Barcelona en Comú, PSC, ERC, CiU y la CUP se muestran de acuerdo en el fondo, pero discrepan en la forma. Sobre la mesa, dos proposiciones, la de BC, que propone "un plan de trabajo", y la de la izquierda anticapitalista, que habla de "fijar un calendario" para volver a una "gestión pública y directa" de los recursos hídricos de la capital catalana. Ambas prosperaron con diferentes apoyos de las fuerzas anteriormente comentadas.

Para el Ejecutivo de Colau es inconcebible mantener la concesión de la que disfrutó Agbar para la gestión del agua durante más de un siglo sin contrato ni concurso. Un extremo, este último, que tampoco se contempló en la sociedad mixta público-privada creada en el 2012, como recogía la sentencia anulatoria del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC). El fallo está recurrido ante el Tribunal Supremo.

Tendencia

También en el ámbito de suministro eléctrico Barcelona plantea un cambio sin precedentes, con la voluntad de poner en marcha su propia comercializadora eléctrica a mediados del año que viene. Un proyecto con el que pretende proveer de energía a los equipamientos municipales, iluminar las calles de la ciudad y proporcionar luz a unos 20.000 vecinos.

Antes, el consistorio había tratado de introducir una cláusula para establecer el adjudicatario del nuevo contrato del alumbrado público en la que se recogían medidas concretas a adoptar para combatir la pobreza energética, pero el tribunal de arbitraje atendió las reclamaciones de Endesa Gas Natural. La voluntad municipal es que esa autonomía energética proceda de paneles solares instalados en azoteas de edificios de titularidad pública, como bibliotecas, mercados o centros cívicos.