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Barcelona empieza a ordenar los grupos turísticos guiados en la vía pública

Dos guías turísticos con un grupo de viajeros, el lunes, en la plaza del Àngel.

Dos guías turísticos con un grupo de viajeros, el lunes, en la plaza del Àngel.

Patricia Castán / Barcelona

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Uno de los ingredientes que en los últimos tiempos ha contribuido a alimentar la sensación de algunos barceloneses de sufrir una invasión turística ha sido la proliferación de tours guiados o que manejan demasiados viajeros en puntos ya saturados. Para favorecer la convivencia turística y ciudadana y garantizar la calidad de la actividad, el ayuntamiento acaba de suscribir un acuerdo de buenas prácticas, que no obliga pero sí sugiere unas recomendaciones que a corto plazo darán paso a una regulación del sector.

El aumento de guías, sean habilitados profesionalmente por la Generalitat (lo que no es obligatorio para ejercer en la vía pública) o desde empresas de 'freetours' -por precios low cost o propinas-, ha sido proporcional al boom turístico de los últimos años y han provocado quejas tanto entre ciudadanos que rechazan la invasión de las aceras por parte de grandes grupos, como a los profesionales critican el intrusismo en el sector.

El concejal de Turismo, Agustí Colom, ha presentado el acuerdo suscrito con AGUICAT, la Associació de Guies de Turisme habilitats per la Generalitat de Catalunya per un Turisme Sostenible, que parte de la idea de que el turismo no puede ser una actividad "ajena al lugar donde se da". Los cuatro ejes de actuación -que se traducen en 16 principios- son: que la actividad mantenga el equilibrio con la vida cotidiana de la ciudad; la sostenibilidad del espacio público y los recursos turísticos; la seguridad y accesibilidad de la movilidad; y la función de los guías como "prescriptores y difusores de la calidad de Barcelona. 

El vicepresidente de esta entidad, Joan Coll, asume que no todas las empresas asumirán las recomendaciones, pero son un primer paso para dar más calidad al sector.

Decreto en marcha

El ayuntamiento respalda con esta medida la tarea de los guías profesionales y sienta las bases del decreto que prepara con requisitos específicos para tratar de domesticar la actividad en los espacios más concurridos, a los que ya alude el vigente plan estratégico de Turismo en la ciudad. 

De momento, destacan dos puntos clave para poner orden en la materia. El primero, limitar la medida de los grupos, a los que se propone un tope en torno a unos 25 en las zonas más masificadas. De entrada como consejo, y en breve como norma. Una cifra que impidiría, por ejemplo, que un autocar cargado de turistas se convierta en un único enorme grupo guiado a pie de calle.  También se pide utilizar dispositivos de radioguía para reducir la contaminación acústica en la calle. El compromiso del colectivo incluye elegir adecuadamente los puntos de encuentro y final de ruta, evitar congestiones, programar visitas con entrada anticipada y no hacer de guía dentro del transporte público colectivo.

En cuanto a la preparación del profesional, se piden conocimientos "profundos, objetivos y actualizados" no solo de los recursos turísticos sino de las ordenanzas, ley de turismo, preservación de la privacidad, evitación de exposición de menores, y valores de respeto y cordialidad. 

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