El canalla pasado del swing en Barcelona

Las veladas en el Salón Amaya del Paralelo en los años 40 tenían estrellas como el Freddy, el Patillas, la Bacilo o la Queca

swing opisso

swing opisso / periodico

ISIDRE ESTÉVEZ / BARCELONA

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Aunque la fiebre barcelonesa actual por estos bailes se debe a influencias foráneas, tras la guerra civil la ciudad acogió una animada escena de swing que llevó a ciertas salas de la ciudad a bailarines y orquestas que emulaban los desenfadados bailes importados de Estados Unidos. Era, al parecer, una escena bastante más canalla que la actual.

Se sabe, por ejemplo, que en el Salón Amaya del Paralelo, favorito de los barceloneses de mediados de los 40, las fiestas de swing y otros “bailes modernos” estaban capitaneadas por un grupo de gitanos de la calle de la Cera conocido como 'Pollos Swing', entre los que destacaban el Freddy, el Patillas o el Melenas. Vestían lo que por entonces se llamaba “pantalón chanchullo”, lucían tupé retador y tenían reputación de ser galantes y pendencieros a partes iguales. Solían reunirse en el vecino bar La Cubana antes de conquistar la pista, en la que las estrellas femeninas respondían por nombres como la Blanca, la Bacilo o la Queca.

BOXEO Y BAILE

El teatro Gran Price, en la esquina de Floridablanca y Casanova, ofrecía combates de boxeo y torneos de halterofilia, pero también programó sesiones de baile con orquesta y exhibiciones de swing y boogie woogie a cargo de bailarines expertos a mediados de los 40. El Salón Novedades, en 1952, organizaba concursos de bailes swing por eliminatorias.

En la zona alta también había adeptos: en Piscinas y Deportes, que se enorgullecía de albergar la mayor piscina de Europa, alternaban los concursos de trampolín con competiciones de swing amenizadas por la Orquesta Goya. Incluso el elitista Palau de la Música ofrecía sesiones matinales a finales de los 40 en las que se bailaba swing con una orquesta filarmónica de 50 músicos y órgano dirigida por el maestro Llorens.

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