¿Qué nos deparará el 2017 en Barcelona? A merced de la burbuja del alquiler

Encontrar una vivienda de renta en la ciudad se ha convertido en una peripecia cruel

Un hombre mirando ofertas de pisos de alquiler en los expositores de una inmobiliaria del barrio del Poble Sec de Barcelona.

Un hombre mirando ofertas de pisos de alquiler en los expositores de una inmobiliaria del barrio del Poble Sec de Barcelona.

RAMON VENDRELL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La combinación de alta demanda y escasa oferta, acentuada la segunda parte del funesto binomio por la entrada en escena de inversores a los que se dirige buena parte del mercado, no solo ha puesto en Barcelona los alquileres de los pisos por las nubes, y subiendo a velocidad supersónica, sino que ha convertido la búsqueda de una vivienda de renta en un viaje por un túnel del terror ideado por el Joker. Material de primera para un 'reality show' de éxito garantizado por su crueldad, con cuevas por un ojo de la cara, exigencias draconianas por parte de las inmobiliarias, competición entre interesados, aumentos de precio por sorpresa, acuerdos rotos a última hora... Los guionistas tendrían que imaginar poco, a lo sumo montar subastas, si es que no se hacen ya de forma encubierta.   

La nueva ley catalana de vivienda ha dejado para más adelante la limitación de los alquileres abusivos, y veremos si llegado el momento el Parlament está por la peliaguda labor, por no hablar de si el Gobierno central le permite poner coto a los excesos. Era esta regulación, al menos aplicada a los grandes tenedores de vivienda, una reivindicación principal del Ayuntamiento de Barcelona, que sigue donde estaba: sin

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El plan especial","text":"\u00a0urban\u00edstico de alojamientos tur\u00edsticos debe ordenar el sector. Espadas en alto"}}

herramientas para abordar un problemón. Si en el 2016 hemos descubierto la nueva burbuja inmobiliaria, la del alquiler, en el 2017 la vamos a sufrir de lo lindo. Especialmente esos barceloneses díscolos que no han sabido adaptarse a los nuevos tiempos regidos por el turismo, personas testarudas que se resisten a dejar de vivir en barrios céntricos y no tan céntricos donde lo tienen todo en contra.

Aunque no lo parezca porque fruto de la inercia administrativa siguen abriéndose y construyéndose a ritmo de speed metal, hay una moratoria de nuevas licencias de hoteles en toda la ciudad. Expira en breve y el plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (PEUAT) debe ordenar todo el tinglado. Hay muchas y muy poderosas espadas en alto y BC no lo tendrá fácil para materializar sus restrictivas intenciones. El revolcón de los presupuestos ha plasmado como nunca la debilidad numérica del gobierno de Ada Colau, que, alejado de ERC y con la CUP como electrón imprevisible, tal vez se vea obligado a tender puentes con CiU.

EL TRANVÍA

Caramba, un exdirigente convergente, Pere Macias, pilota el proyecto municipal de conexión de las dos redes de tranvía por la Diagonalconexión de las dos redes de tranvía por la Diagonal y otro, Felip Puig, es el nuevo presidente de TRAM, la operadora del servicio. Signifique eso lo que signifique, el plan, prioritario para Colau y 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Se detallar\u00e1","text":"\u00a0la conexi\u00f3n del tranv\u00eda por la Diagonal, prioritaria para Colau y anatema para CiU"}}anatema para el grupo de CiU, se detallará y tomará impulso más pronto que tarde este año. Asimismo está previsto que comiencen los trabajos para cinco supermanzanas, cabe esperar que mejor planificadas que la del Poblenou, se resolverá el culebrón de la ordenanza de terrazas y se inaugurará la restauración del mercado de Sant Antoni, de modo que, volvemos al principio, ya saben en qué barrio no deben buscar piso porque será la nueva meca moderna y turística. Uno menos.