El ayuntamiento pide «propuestas y no quejas» en la audiencia de turismo

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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Sobre el papel, le ha tocado bailar con la más fea. O sea, enfrentarse al cabreo de los ciudadanos que sufren en algunos barrios los efectos secundarios del éxito turístico de Barcelona en la audiencia pública que ha aceptado convocar el Ayuntamiento de Barcelona el próximo día 24. Pero Sònia Recasens, ponente principal como concejala de Economia, lo quiere ver como una «oportunidad». Hace una lectura positiva de lo que se prevé que sea una intensa reunión con la ciudadanía a la que el alcalde Xavier Trias no asistirá. Sí tendrá cerca, presidiendo el acto, al concejal de Presidencia, Joaquim Forn. «¿Qué espero? Que la gente no venga con una lista de quejas, sino de propuestas y aportaciones».

Recasens explicó ayer a este diario que está previsto organizar el debate tratando que los asistentes (todo aquel que lo desee, como avanzó EL PERIÓDICO) presenten documentación y preguntas por escrito (que allí podrán leerse) para ser más operativos. Y aunque la convocatoria

-a petición de la FAVB, el Consell de Joventut, sindicatos y ecologistas- corre el riesgo de alinear solo voces críticas y que sufren las molestias derivadas de la afluencia turística, la edila dice «estar segura de que el diagnóstico es compartido».

Por eso, el ayuntamiento quiere quitar hierro a lo extraordinario de la medida, con el argumento de que si se hacen audiencias públicas para hablar de presupuestos, también se puede debatir el futuro modelo turístico de la ciudad.

COMPLICIDAD

Un encuentro popular que se celebrará a las siete de la tarde en el auditorio de la biblioteca Jaume Fuster de Lesseps, y para el que los vecinos preparan la artillería oficial, en forma de decálogo de peticiones. A estas, no obstante, se sumarán otras muchas voces individuales. La titular de Economía, Empresa y Ocupación mantiene que hasta hace muy poco en la ciudad se respiraba «indiferencia» sobre la cuestión del turismo; luego llegaron las quejas y ahora es momento de «buscar complicidad». De hecho, busca el aval ciudadano para reivindicar la utilización de la tasa turística no como marca el Govern (en promoción), sino a la medida de Barcelona; y para redoblar su cruzada para arañar al Gobierno central parte del IVA que genera el turismo.

La «responsabilidad de gestionar» un ámbito que suma más de 27 millones de visitantes al año hace imprescindible el apoyo ciudadano. Y el ayuntamiento lo ha aprendido a gritos en los últimos meses. Trias acumula iniciativas paliativas (cambios en el acceso al parque Güell y la Sagrada Família, supuesto traslado de los autocares turísticos de la Via Laietana y otros), así como un modesto plan de descentralización del turismo en las zonas saturadas para llevarlo a otros barrios a base de reclamos culturales y lúdicos. Pero también ha matado a cañonazos el conflicto de los pisos turísticos, prohibiéndolos en general incluso en distritos a los que no llega ni un viajero, mientras las plazas hoteleras solo se acotan en el centro.

PLAN ESTRATÉGICO

Si ayer eran los vecinos quienes explicaban a este diario las reivindicaciones que llevarán a la audiencia, hoy Recasens les reclama concreción e innovación en las propuestas consensuadas para poderlas integrar en el pacto estratégico de Turismo 2015-2020, como sucederá con el fruto del pacto local en marcha entre los grandes sectores implicados.

«Que no olviden que estamos gestionando un éxito. ¿Qué pasaría si fuera un fracaso?», argumenta, recordando los teóricos 125.000 puestos de trabajo relacionados y que ese motor no solo es vacacional, sino de negocios. El día 24 necesitará más que cifras.