El último pleno del mandato prefigura la batalla electoral

El último pleno del mandato en Barcelona abundó ayer en las obsesiones de cada grupo municipal y sobre todo sirvió para confirmar qué tipo de campaña electoral se espera. El equipo de gobierno de Xavier Trias volvió a defender su trayectoria, su capacidad de negociación con todos los partidos teniendo en cuenta la minoría en la que ha estado cuatro años (14 de los 41 concejales) y la crisis con la que ha debido lidiar. La oposición presentó a un alcalde ausente, que no ha cumplido con sus compromisos y que ha equivocado las prioridades.

Si a lo largo del mandato, con mayor o menor intensidad, el PSC, el PP, ICV-EUiA y UpB han acordado inversiones o actuaciones por el bien de la ciudad, dicta ahora el manual electoral que a dos meses de los comicios esto se debe evitar al máximo. Por este motivo, la representación de ayer extremó todavía más las posiciones. Uno de los asuntos importantes era el balance del plan de actuación municipal (PAM) que, como ya adelantó el gobierno la semana pasada, arroja un cumplimiento del 94,5% de las medidas, recordó el primer teniente de alcalde, Joaquim Forn.

"'Masover' de Mas"

Pero el portavoz del PSC, Gabriel Colomé, replicó que es "imposible de verificar" que eso sea así y aseguró que de las 20 prioridades del PAM "no se ha cumplido ninguna". En este punto del orden del día llegaron los primeros reproches acerca de los incumplimientos. "Ha sido el alcalde de las desigualdades", le acusó Janet Sanz (ICV-EUiA); "Ha quedado corto", se quejó Jordi Portabella (UpB). "Hay más incumplimientos que cumplimientos", consideró Alberto Fernández (PP).

Los socialistas, que pactaron en su día el PAM, fueron duros con Trias respecto al dinero que ha adelantado el ayuntamiento a la Generalitat: "Barcelona no necesita un 'masover' de Mas", censuró Colomé. Forn, conformado con que a puertas de las elecciones del 24 de mayo "hay que criticar todo lo que hace el gobierno", defendió con cifras el trabajo realizado, poniendo énfasis en la inversión social. "La ciudad está mejor ahora que cuatro años atrás. Lo decimos sin autocomplacencia pero con orgullo", sostuvo.

Respuesta

Pero el PAM iba a ser solo una de las zancadillas colectivas. Toda la oposición se sumó a una proposición del PSC que lamentaba el incumplimiento de los acuerdos aprobados en el pleno, hasta 38. Una vez más el socialista Gabriel Colomé describió un "gobierno supeditado a otro", que "ha minimizado el debate" y que "ha menospreciado la voluntad de la ciudadanía". Y censuró que Trias no presida el pleno y "solo conteste cuatro preguntas al final", reprochó.

Quien salió en defensa del jefe fue de nuevo Joaquim Forn, que sostuvo que aunque el alcalde no presida el plenario (lo hace Joan Puigdollers) sí ha protagonizado cuatro debates sobre el estado de la ciudad y se ha sometido a las cuestiones que la oposición le ha planteado cada mes. Esto suma 180 preguntas o ruegos en cuatro años "frente a cero de los 32 años anteriores", comparó.

Fraude electoral

Al mismo tiempo que los socialistas, que han pactado los presupuestos de este año con CiU, se ensañaban y lograban que el resto de grupos se sumara, el PP preguntaba escuetamente al alcalde por su balance de mandato, a pesar de que igualmente han sido socios preferentes en este periodo. El presidente del grupo, Alberto Fernández, sostuvo a continuación que el alcalde no ha llevado a cabo el "cambio tranquilo" al que se comprometió y que, en cambio, "ha puesto la ciudad al servicio de la independencia y la 'estelada', algo que no salía en su programa", recordó.

Trias, en cambio, valoró la tarea realizada. "Con 14 concejales, en minoría y con la crisis que hemos pasado, no puedes hacer lo que querrías", admitió. Sin embargo, aseguró que el incremento de ayudas sociales ha sido el mayor de la historia de la ciudad y que el consistorio ha generado "credibilidad y confianza" porque no genera déficit y "paga a 30 días". Y rechazó las acusaciones del PP de "continuidad pasmosa" y de "fraude electoral".