El ave fénix del Tibidabo

El aeroplano ahora en reparación se instaló en el parque en 1930, en sustitución del inaugurado en 1928

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CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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La silueta nocturna de Barcelona será diferente a partir de mayo, cuando el avión del parque de atracciones Tibidabo emprenda su nuevo plan de vuelo tras pasar cuatro meses en los talleres de Varis Arquitectes. El estudio arquitectónico, además de restaurar esta histórica pieza, original de 1930, la segunda aeronave de este emblemático recinto, la dotará de luz para que vuelva a ser un icono de la ciudad.

Varis Arquitectes, estudio liderado por Dani Freixes, ya se encargó de la ordenación, pavimentación, acabados y mobiliario de la plaza de acceso al parque y del diseño de la nueva noria. Su socio, Vicenç Bou, explica que el objetivo de la restauración es que el avión recupere su protagonismo. "Vamos a devolverle la calidez de una aeronave de época. Repararlo sin que afecte a su estructura básica, aunque para ello hemos de reforzar el acabado exterior con fibra de vidrio", desvela el arquitecto, que promete que se respetarán los remaches originales.

Es la segunda réplica a escala real del Rohrbach Roland, avión de Iberia, que el 14 de diciembre de 1927 emprendió el primer vuelo comercial de la aerolínea, con el trayecto El Prat-Carabanchel, semilla de la que acabó brotando el puente aéreo entre Barcelona y Madrid. El primer avión no era rojo sino amarillo y se inauguró el 23 de septiembre de 1928 con motivo de las fiestas de la Mercè. El segundo, el que todavía existe, fue amarillo hasta que en 1988 Javier de la Rosa compró del 66% de las acciones del Tibidabo a la familia Andreu. El empresario invirtió en la remodelación del parque y decidió pintar de rojo el avión para remarcar su carisma, color que ahora se respetará.

MEJORAR LA RESISTENCIA

Cuando en 1928 se inauguró la atracción, fue un éxito sin precendentes. "Un acierto. En pocos meses subieron más de 25.000 personas. Pero en 1930 se tuvo que construir otro aeroplano porque el primero quedó totalmente dañado a causa de una gran tormenta. Los talleres Estrada de Sarrià se encargaron, de nuevo de fabricarlo, con algunos cambios que mejoraron su resistencia", cuenta Josep Darné, historiador del parque de atracciones y autor del libro 'El Tibidabo'.

Darné asegura que se trata del primer simulador de vuelo de la historia de la aviación. "Es una atracción única en el mundo. Miles de barceloneses sintieron por vez primera la sensación de elevarse por los aires gracias a este aparato que se fabricó en honor del Rohrbach Roland, que estableció un récord mundial al volar 14 horas y 23 minutos en circuito cerrado, en el que recorrió 2.315 kilómetros", enumera el historiador. Su principal característica es que se impulsa por aire mediante su propia hélice y en su interior conserva elementos originales como una estación radiotelefónica de 1933.

Fue la última gran obra encargada por el empresario farmacéutico Salvador Andreu, más conocido como el doctor Andreu, que en 1899 compró la finca que ocupa el Tibidabo a la familia Parés Cayrol. Y sigue siendo la atracción más emblemática del parque, que en sus primeros años la anunciaba así: "Es un gigantesco pájaro que os transporta sobre una panorámica increíble. Notaréis las sensaciones que se producen en los viajes aéreos". En esa época la mayoría de los barceloneses jamás habían subido a un avión.