Balance de 11 meses de excavación

El AVE destapa en La Sagrera 357 cuerpos de la prehistoria

Los millares de huesos descubiertos en el interior de la tumba neolítica de La Sagrera.

Los millares de huesos descubiertos en el interior de la tumba neolítica de La Sagrera.

RAMON COMORERA
BARCELONA

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Un silencio de 4.900 años aún sin desentrañar por los estresados tímpanos modernos se ha roto en La Sagrera. Una multitud de hombres, mujeres y también niños prehistóricos que fueron enterrados en poco tiempo y sin signos de violencia, la hipótesis es que murieron en una epidemia, ha aparecido intacta tras una larga noche en blanco de 50 siglos. Los restos se han hallado entre 15 capas de tierra y en un espacio de 3,5 por 3 metros. La excavación de la sepultura neolítica descubierta donde se construye la macroestación del AVE ha acabado, 11 meses después de empezar, con un balance espectacular: 207 individuos completos en la misma posición de decúbito supino en la que fueron inhumados, 150 articulados con más de tres huesos en la disposición natural y otros 5.000 huesos dispersos de quién sabe cuántos cuerpos más.

Ha sido un hallazgo «muy significativo y excepcional», afirma el equipo directivo de los trabajos formado por la antropóloga Paz Balaguer y las arqueólogas Alba Tenza y Paola García, de las empresas especializadas Codex y Estrats. Ellas, junto a otra arqueóloga y cinco auxiliares expertos en restos humanos, han hecho la excavación contratadas por Adif, el gestor de infraestructuras estatal que ejecuta las obras del AVE.

Es un descubrimiento sin apenas paralelismos en la bibliografía científica que no ha parado de crecer desde que en marzo este diario reveló ya la exhumación de 125 esqueletos. Josep Pujades, responsable de intervenciones arqueológicas del Instituto de Cultura de Barcelona, lo califica de «referente internacional, de aquellos que salen en los libros».

AVANCE DE LAS OBRAS / El trabajo de campo acabó el 14 de septiembre y ayer ya no quedaba ni rastro del reducido pero alto y completamente aislado cerro que las excavadoras dejaron a los arqueólogos para seguir buscando a tantos ancestros. Era como el poblado de Astérix asediado por las legiones romanas. Ahora, armaduras de acero gigantes para los gruesos muros de hormigón con los que la estación marca terreno sin cesar, amén de grúas, camiones y obreros vestidos de amarillo chillón se han adueñado de la que fue, solo por unos meses, irreductible fosa.

La presión de las obras de la línea de alta velocidad es enorme en toda esa zona. Lo mismo que 500 metros al norte donde apareció, hace igualmente un año, la villa romana que cuatro meses después acabó sepultada por el vial segregado lado mar, una vez extraídos y documentados, eso sí, los elementos de valor.

Esta ingente cantidad de restos humanos han sido trasladados al centro de conservación y restauración que el Museu d'Història de Barcelona tiene en la Zona Franca donde se limpiarán, remontarán e inventariarán. Ante la escasa aparición de ajuar funerario, solo dos pequeños vasos de cerámica y un eslabón de un collar, material que habitualmente facilita datos de la edad de un yacimiento, se hizo una primera prueba del carbono 14 en dos esqueletos. El resultado los situó en el neolítico final entre los años 2890 y 2660 antes de nuestra era.

ANÁLISIS DE ADN / Ahora se harán otros análisis a partir de este elemento orgánico sobre una muestra más amplia para acotar mejor el periodo de funcionamiento de la tumba múltiple. También se preparan estudios del ADN de un tercio de los individuos para conocer el parentesco, sexo, edad y causa de la muerte.

La prehistoria de Barcelona, el poblamiento anterior a los romanos, con hallazgos de tumbas u otros restos neolíticos se ha concentrado desde los años 90 en el Raval: plazas de la Gardunya y Vila de Madrid, calle de la Reina Amàlia, cuartel de Sant Pau del Camp o conservatorio del Liceu.

El descubrimiento de los restos tan bien conservados de estos 357 cuerpos lejos de Ciutat Vella es único y se sitúa en una zona más orientada al poblado ibérico de Puig Castellar de Santa Coloma o incluso al de Ca n'Oliver de Cerdanyola del Vallès.

En el corredor del AVE de La Sagrera, sin embargo, no han aparecido hasta ahora estructuras residenciales, aunque sí otros dos enterramientos neolíticos aislados y de un solo cuerpo: en la nueva estación de Sant Andreu Comtal y frente al Triangle Ferroviari, en este caso una tumba infantil.