RESULTADO DE LAS PRUEBAS FORENSES DEL caso DE LA CALLE DE SARDENYA

La autopsia revela que la chica del triple crimen no fue violada

Una mujer contempla los mensajes y las velas en el portal de las víctimas del triple crimen, ayer.

Una mujer contempla los mensajes y las velas en el portal de las víctimas del triple crimen, ayer.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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La investigación sobre el brutal asesinato de una chica de 16 años y de sus dos abuelos en la calle de Sardenya avanza a golpe de resultado de laboratorio. El primer informe en llegar a manos de los investigadores ha sido la autopsia de los cadáveres. Según fuentes cercanas al caso, la autopsia ha revelado que Andrea Calafat no fue agredida sexualmente antes de ser asesinada. El examen forense del cadáver de la joven no presentaba ninguna señal de violación, una hipótesis que se había barajado por el hecho de que el cuerpo de la chica había aparecido desnudo.

La ausencia de agresión sexual y el hecho de que el cuerpo estuviera sin ropa refuerza la hipótesis de que la joven fue sorprendida por su asesino mientras estaba en la ducha y que después la arrastró por la casa, pues hay abundantes cabellos en todo el piso. Las pesquisas policiales han establecido que el crimen se produjo alrededor de las ocho de la mañana, cuando la joven estaba preparándose para iniciar su jornada.

TAPADOS CON MANTAS / Los investigadores creen que el triple crimen fue cometido por una sola persona que mató primero a la joven, que era la única que podía oponer resistencia y alertar a los vecinos con sus gritos. Una vez muerta Andrea, el homicida acabó con la vida de los dos abuelos, que a sus 80 años y con ella impedida de las piernas, apenas pudieron ofrecer resistencia.

Los indicios hallados en el lugar del crimen han convencido a los agentes de que el homicida conocía a las víctimas o que incluso podía ser un familiar. Un indicio determinante es que, antes de abandonar la vivienda, el agresor cubrió los cuerpos con mantas. Ese gesto suele ser habitual entre los asesinos que conocen o que tienen un vínculo familiar con las víctimas. Al taparlas intentan cubrir sus heridas o su desnudez en un último gesto de pudor, como si en el fondo lamentara dejar sus cuerpos expuestos.

Además, la autopsia ha puesto sobre la mesa en toda su amplitud la extrema brutalidad con la que el asesino o asesinos mataron a la joven y a sus dos abuelos. Fuentes cercanas al caso explican, a modo de ejemplo, que el examen forense ha determinado que una de las víctimas había recibido hasta una docena de golpes en la cabeza, realizados posiblemente con una barra de hierro o con un martillo.

A la espera de la resolución del caso y de la detención del autor del crimen, la llama del recuerdo de Andrea Calafat y de sus abuelos no se apaga. Ayer, pese al frío y al persistente chirimiri, varias velas permanecían encendidas en el improvisado altar en que los amigos de la joven han convertido el portal del edificio de la calle de Sardenya en que vivía con sus abuelos.

PEREGRINAJE DE AMIGOS / «Vienen amigos y encienden las velas que se apagan», contó a este diario el dependiente de la tienda de suvenires situada junto al portal. La peregrinación no para. «Cada día vienen al menos 50 personas», añade el comerciante.

En ese momento, David, un joven de 16 años, y su abuelo se paran ante el portal. El joven escribe una emotiva dedicatoria en una cartulina blanca en cuyo centro hay pegada una fotografía de Andrea rodeando con los brazos a su abuelo. «Fui con ella a la escuela. Cada tarde jugábamos en el parque de la Sagrada Família», explica el joven.

Una decena de mensajes decoran el portal. Hay fotos en que Andrea,Neapara los amigos, un torbellino rubio de 16 primaveras, se muestra riendo, abrazada a sus amigos o haciendo muecas, En los mensajes, los amigos le prometen amistad y cariño eternos, muchas veces empleando giros juveniles propios de un código que quizás solo ellos y su queridaNeaconocen.