El auge del Poble Sec

Coincidiendo con la feria de Sant Ponç, el patrón de los herbolarios que llena las callejuelas de dulces aromas de frutas confitadas, de miel y de plantas medicinales, el Poble Sec invita desde ayer y hasta mañana a visitar 25 talleres de artistas emergentes que en los últimos años han apostado por este barrio obrero a la orilla de las luces del Paral.lel.

El arrabal de los bares de tapas, de los teatros y de losmusic-hallsvive una constante metamorfosis aún alejada de los circuitos turísticos con la apertura de singulares espacios de creación bajo los primaverales balcones con persianas verdes, tendederos y macetas de geranios.

La ceramista japonesa Misako Homma llegó hace 23 años a Barcelona. Su tienda, escuela y taller de la calle de Tapioles parece salida de la página de un cuento por los potes repletos de pinceles, la tabla de colores, el horno, las herramientas de madera para moldear platos, cuencos, jarras, vasos, bandejas y floreros y la fresca y agradable esencia de té verde que flota en el ambiente.

«Es un proceso artesanal que detiene el tiempo. Trabajo sin prisas, pieza a pieza, investigando en los esmaltes que aportan vida propia a cada cerámica», cuenta Misako Homma, que hoy, de las 11.00 a las 19.00 horas, imparte un taller en la plaza de la Bella Dorita, delante de El Molino. Ella y la artista holandesa Marguerite Olivier enseñarán los secretos del raku, una técnica oriental de elaboración de cerámica utilitaria.«No creo que mi estilo sea muy japonés, aunque muchos lo vean así, quizás por el acabado, por el peso, por el tacto del cuenco y de las tazas cuando rozan los labios». Su formación entremezcla las enseñanzas clásicas orientales con cursos sobre esmaltes en la Escola Massana.

Koetània es otro espacio exclusivo, poético y sugerente del Poble Sec, que se puede visitar este fin de semana para observar el proceso de creación de una joya. Lo regentan Marta S. Blanco y Daniel Bellido. Ella dejó la arquitectura hace cinco años para dedicarse a lo que hasta entonces era la pasión que la empujaba a llevar una doble vida.

El fuego de un soplete

De día dibujaba planos técnicos de edificios y al anochecer soldaba anillos con la llama de un soplete.«Fue algo intuitivo. Sentí algo físico la primera vez que hice una soldadura y, a raíz de esta experiencia, compré herramientas, me apunté a cursos de joyería y me decanté por mi lado más artístico», explica Blanco. Bellido, su socio, es hijo de joyero. Desde niño, su espacio natural es el taller donde crea esas piezas de plata oscurecida inspiradas en conchas marinas y en fósiles.«Somos de orígenes diferentes pero coincidimos en el mismo camino. Elegimos instalarnos en el Poble Sec por su proyección futura».

El pintor Antoni Lasheras hoy convoca un taller infantil dedicado a la feria de Sant Ponç.«Creé mi galería en el Poble Sec tras hartarme de que las salas de arte convertidas en inmobiliarias que alquilan paredes sin el más mínimo interés por la obra artística», dice.