CENTRO multidisciplinar EN JAQUE EN una nave abandonada del poblenou

Artkatraz reivindica su proyecto social y cultural contra el desalojo

Usuarios y simpatizantes del centro se manifiestan contra el desalojo.

Usuarios y simpatizantes del centro se manifiestan contra el desalojo.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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Entrar en Artkatraz impresiona. Cada rincón de la enorme nave antaño abandonada en la calle de Almogàvers, justo frente a Razzmatazz, esconde alguna sorpresa. De una sala oscura para cursos de fotografía a un gran skatepark donde adolescentes del barrio pasan las tardes dándole al patín, una sala de música insonorizada -refugio de muchas bandas amateur sin local propio de ensayo propio-, una sala de cine, otra de exposiciones, varias salas de costura, un huerto o un taller de reparación de bicicletas. Un macroequipamiento sin parangón en la ciudad -cuenta también con una sala de pintura y un gimnasio- que promueve la práctica y la formación en disciplinas artísticas y en distintos oficios de forma gratuita, sobre el que pende la (por otra parte lógica) espada de Damocles del desalojo, ya que este ambicioso proyecto multidisciplinar se desarrolla en suelo okupado, propiedad de Metrovacesa.

«El pasado 28 de abril se presentaron aquí con la orden de desalojo sin aviso previo. Las autoridades alegan que vinieron a traer el aviso pero que encontraron las puertas cerradas. Es muy extraño, ya que la puerta está siempre abierta entre las once de la mañana y las once de la noche», explica Inti Ferrey, uno de los habitantes de Artkatraz, quien denuncia que no han tenido derecho a defenderse. «No hemos tenido la oportunidad de explicarle a la jueza nuestro proyecto. Vinieron directamente a desalojarnos, ya con la resolución judicial», critica Ferrey, quien apunta que están pendientes de que se les asigne un abogado de oficio, para intentar detener el desalojo, que el 28 finalmente no se realizó al encontrar en la casa a un bebé recién nacido y a su madre, aún convaleciente. Y es que, aparte del inmenso centro social, en la nave viven 40 personas (algunas, en caravanas, en el patio).

Mateo Cifariello, otro de los habitantes y promotores de Artkatraz, reivindica que encontraron «dos naves y un descampado en una situación de abandono y suciedad total» y que, gracias a su trabajo, en solo un año y medio han logrado impulsar allí un gran centro social que cuenta con una biblioteca pública con cerca de mil títulos, un taller de serigrafía y cuatro escenarios disponibles para ensayos y actuaciones construidos con materiales reciclados, donde todos los domingos se organiza un cabaret, al que asisten decenas de personas. «Todos los artistas que por aquí han pasado lo han hecho por el viejo, aunque no muerto, ideal del amor al arte», asegura Cifariello.

RECOGIDA DE FIRMAS / Para impedir el supuesto inminente desalojo, los impulsores del centro social han iniciado una recogida de firmas -llevan 2.000 en una semana- y de cartas de apoyo de los distintos grupos que se benefician del espacio, entre ellos de la Fundació Pere Mitjans, entidad de servicios para personas discapacitadas. 15 usuarios de esta fundación han participado en talleres de pintura, costura y teatro y artes escénicas realizadas por talleristas voluntarios en Artkatraz.

Desde el primer intento de desalojo, Artkatraz incluso ha intensificado su actividad para reivindicarse como «alternativa cultural» en el Poblenou. «Ahora solo esperamos que nos escuchen», ambicionan.