BARCELONEANDO

El arte por el arte de Elsa Peretti

La diseñadora italiana abre Lo Spazio con una muestra del escultor Manel Rovira

Manel Rovira mira a través de una de sus esculturas de cerámica, el jueves en la inauguración de Lo Spazio.

Manel Rovira mira a través de una de sus esculturas de cerámica, el jueves en la inauguración de Lo Spazio.

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Manel Rovira es un hombre bajito, tímido y poco dado a hablar. Es también artista. Escultor de todo tipo de materiales: madera, hierro, vidrio... y ahora cerámica. Su última producción -un conjunto de máscaras que parten de la «figuración y que tienen a un falso cuadrado como soporte»- ha salido del horno de la Fundació Artigas, el mismo que en su día coció las cerámicas de Joan Miró. Pero pese a su reconocida trayectoria, Manel Rovira no forma parte del circuito comercial ni artístico de Barcelona. No expone ni en galerías ni en museos. Su arte está solo al alcance de los más allegados o versados en el tema. Una pena.

Elsa Peretti es una mujer alta, muy alta, de personalidad expansiva y arrolladora. De esas mujeres que se comen el espacio y atrapan las miradas. No en vano fue modelo. Suyo es el espectacular cuerpo de una de las fotos más icónicas de Helmut Newton, aquella que muestra a una muchacha desafiante vestida de conejita Playboy en una azotea de Manhattan. Es también una mujer con posibles, muchos. Algunos se los ha encontrado: es hija de Nando Peretti, una de las principales fortunas de Italia, y otros se los ha ganado: lleva años diseñando con éxito joyas para Tiffany. Y es, sobre todo, una activista de la cultura, el arte y la artesanía.

Rovira y Peretti -la noche y el día, el yin y el yang- son amigos desde hace años, y ahora comparten proyecto: Lo Spazio. «Una plataforma creativa. Polivalente. Punto de encuentro y diálogo entre diferentes disciplinas», explican. O sea, lo es todo y es nada. A lo que puntualizan: «Lo que seguro que no es, es galería de arte». El objetivo de la iniciativa es revitalizar la creatividad en la ciudad en un momento «poco intenso para la cultura desde las instituciones públicas» y «cuidar a los creadores de casa», muchas veces relegados al olvido no se sabe muy bien por qué, quizá por aquello de que lo de fuera viste más.

La 'joint venture' entre ambos pasa por la dirección del proyecto por parte de Rovira y la financiación por parte de Peretti. Lo contaban el jueves, día en que Lo Spazio abrió sus puertas en la parte alta de Barcelona, justo al lado del Círculo Ecuestre y justo en el mismo local que hasta hace una década acogía el bar Popeye, un clásico que debutó antes de la guerra civil y tenía entre sus activos el de haber acogido la primera barra americana de Barcelona. La inauguración -que incluía la apertura de la primera exposición programada: 'Escultures ceràmiques'salida de la mano de Rovira- tuvo mucho de fiesta. Ahí estaban los artistas Robert Llimós, Joan Gardy Artigas Colita. El relaciones públicas por excelencia Carlos Martorell y un apesadumbrado Fernando Amat a punto de cerrar Vinçon. Estuvieron también la modelo Teresa Gimpera y el polifacético Paco Rebés. La diseñadora Isabel de Pedro y el huracán Antonia Dell'Atte, desde hace ya unos años afincada en Barcelona.

En nombre del padre

Peretti llegó tarde, a sus 75 años los saraos han dejado de ser su prioridad, pero llegó, Lo Spazio merecía su presencia aunque ello le obligara a mostrarse en público con un parche en el ojo -«un accidente tonto»-. No en vano la no galería -no hay fines comerciales en ella- es el primer proyecto en Catalunya financiado por la Fundación Nando Peretti, la institución que la modelo creó en Italia en memoria de su padre y que ahora ha abierto sucursal en Barcelona. «Es una manera de acercar sus raíces a esta ciudad que tanto le ha dado », decía Stefano Palumbo, su director.

Y es que Peretti lleva instalada aquí desde que en 1961 dejó Roma y su burguesa familia. Aquí sirvió de inspiración a Dalí y aquí empezó su carrera como modelo que luego continuó en Nueva York. Aquí buscó a los artesanos para realizar sus joyas para Tiffany y aquí -y entre Sant Martí Vell (Gironès)- vive y realiza sus labores de filantropía. Lo Spazio es la primera bajo el paraguas de la Fundación Nando Peretti, pero no la primera que emprende la mecenas que ya cuenta en su haber, entre otras, la recuperación de Sant Martí Vell, la conservación del archivo Oriol Maspons y la creación del Teatre Akadèmia. Acciones que no siempre llevan su nombre pero es que Peretti huye de la publicidad. No la necesita. Lo suyo «es el arte por el arte», afirma Palumbo.