Tribuna

El Arnau no es el Olympia

Vista del Teatre Arnau desde la casa de una vecina.

Vista del Teatre Arnau desde la casa de una vecina.

TONI OLLER

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El Teatre Arnau tiene que ser el Arnau de Barcelona y no el Olympia de París. Tiene personalidad e identidad propia y prescindir de ellas, como propone el señor Pere Camps, sería tanto como negar la propia historia cultural de Barcelona. Resulta sorprendente, aunque legítimo, que alguien desde una visión cultural social haga una propuesta y olvide por completo todo el trabajo que un grupo de gente llevamos haciendo desde hace más de un año. No ha querido sumar el señor Camps, sino que de entrada se olvida de todo lo anterior y hace su propuesta. No me parece ético. Por supuesto que podría haber canción de autor en el Arnau y que sus ideas son buenas, si las sumamos con las que traemos los demás, pero todo el espacio del Teatre Arnau y la plaza de Raquel Meller dedicados a este género sería simplemente un error cultural, puesto que dedicaríamos a una parte el todo.

En el transcurso de este tiempo varias plataformas y asociaciones hemos salido en la prensa, hemos formulado propuestas de forma directa al concejal de Cultura, Jaume Ciurana, y las hemos presentado ante todas las entidades de los barrios del Poble Sec, el Raval y Sant Antoni. Hemos organizado más de media docena de actos con los vecinos: dos debates en sendas bibliotecas, varios paseos históricos desde el portal de Sant Antoni al Arnau y, el pasado domingo, presentamos nuestro manifiesto, en una fiesta con payasos, jazz, poemas, teatro y un poco de historia. Manifiesto que empieza pidiendo la intervención urgente en el edificio para acabar con las goteras del tejado y las humedades en un plazo de tres meses y la máxima catalogación patrimonial de la finca.

A continuación destacaremos aportaciones hechas por personas de la cultura, desde la que se ha insistido en la necesidad de luchar para mantener las señas de identidad de la cultura hecha directamente por las clases populares en el Para·lel. «El Arnau es un icono del Paral·lel como cuna y espacio común de las clases populares. Hace falta un centro de documentación y de investigación de la historia del Paral·lel -teatros, music halls, nidos de arte, artistas y movimiento obrero- que permitiera seguir el camino de Barcelona hacia la cultura de masas a principios de siglo XX», afirma el director teatral Xavier Albertí. El museólogo Pablo Ornaque, por su parte, asegura que el edificio es «una estrella» y además puede tener unas escenografías únicas. «Debería ser un referente de la innovación enraizado en la cultura popular», indica. Para la escritora Julia Cuesta, salvar el Arnau sería «la recuperación del viejo cabaret». El escritor Ferran Aisa, por su parte, sueña con la posibilidad de que muchos materiales del Ateneu Enciclopèdic Popular se ubiquen en el Arnau, mientras que el historiador Enric H. March apuesta por los autómatas de Pablo Ornaque y materiales procedentes del Museu de les Arts Escèniques del Institut del Teatre; y, un servidor, con que los ciudadanos puedan dar todo aquello que guardan en casa del Paral·lel.

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