POLÍTICA MUNICIPAL

El área metropolitana se conjura contra la contaminación

AMB crea un órgano para reducir la polución y los 3.500 muertos que causa al año en Barcelona

La contaminación tapa el cielo de Barcelona, vista desde Santa Coloma.

La contaminación tapa el cielo de Barcelona, vista desde Santa Coloma. / periodico

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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Dice la máxima ecologista que la suma de pequeños gestos puede obrar grandes cambios. A la espera de esa transformación global, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha aportado su gesto para combatir el calentamiento global con el Consejo de Municipios Metropolitanos para la Lucha contra la Contaminación Atmosférica, un órgano destinado a mejorar la calidad del aire y de cuyas decisiones dependerá la calidad de vida de 3,2 millones de personas. Hasta ahora, el AMB se encargaba básicamente de prevención y gestión de recursos y ciclo del agua.

Un reto para el que resulta clave un replanteamiento en el ámbito de la movilidad, según ha expuesto ante los ediles Xavier Querol, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Querol ha comparado los 5.800 vehículos por kilómetro cuadrado de Barcelona con los 800 de Oslo para incidir en la necesidad de reducir el parque de vehículos, responsable de los “insostenibles” niveles de óxido de nitrógeno –causan el 51% de las emisiones– y de partículas en suspensión PM-10 –el 53%–.

Querol ha evidenciado la necesidad de trabajar en estrategias conjuntas a nivel territorial al reflejar la incidencia del ozono troposférico, generado mayoritariamente en el área metropolitana, pero que por cuestiones meteorológicas se acumula en Osona, “con los niveles más altos de Europa”.

Para hablar del impacto de la polución en las personas, el doctor Jordi Sunyer, del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental, ha destacado que las emisiones acarrean problemas de salud, “no solo respiratorios, sino también cardiacos e incluso isquemias”. Según sus cálculos, la contaminación ambiental “es responsable de unos 3.500 muertos” al año en el área metropolitana. En España, se registran 25.500 muertes prematuras por las partículas finas, 5.900 por dióxido de nitrógeno y 1.800 por el ozono.

El presupuesto de movilidad

Una vez expuesta la gravedad de las cifras, los responsables del nuevo órgano han avanzado las directrices. “No es una guerra particular, hay que compartir los recursos disponibles entre los 36 municipios porque el reto es de todos”, ha expuesto Janet Sanz,  vicepresidenta de Medio Ambiente. Antoni Poveda, vicepresidente de Movilidad, ha apostado por “la mejora del transporte público, el impulso del vehículo eléctrico y la instauración de zonas de baja emisión en áreas sensibles”, como escuelas.

Objetivos que han contado con el apoyo unánime de los presentes, como del alcalde de El Prat, Lluís Tejedor, que no obstante ha reclamado “decisiones firmes en la financiación del transporte público” para que sea una alternativa más asequible e invite a dejar el automóvil. En esa línea, el alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals, ha recordado el agravio de localidades como la suya, que ven encarecerse el precio del transporte público al haber de pagar un billete de dos zonas para ir al municipio de al lado o a Barcelona, de manera que “desplazarse en coche resulta más económico que en tren o bus”.