Aprender a ser madre

El centro maternal temporal Santa Eulàlia, de la Fundació Maria Raventós, acoge 25 madres. La mitad son menores y vienen derivadas de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), y la otra mitad son adultas con situaciones personales extremas y han llegado a través de servicios sociales.

Pueden estar en el centro hasta que sus hijos, muchos de ellos aún no han nacido, hagan los tres años para garantizar así un espacio de desarrollo adecuado.

Es el caso de Luisa, una joven que entró en el centro con 19 años y embarazada de ocho meses. Ahora, después de más de un año fuera del centro recuerda que gracias a su estancia ha aprendido cómo tratar a su hija y también ha conseguido un trabajo.

De hecho uno de los objetivos que se marcan los profesionales de la residencia es que las madres consigan rehacer su vida y prepararlas para el mundo real. Por ello velan porque las chicas reanuden los estudios o consigan trabajo.

"Desde el primer día que ingresan", dice la vicepresidenta de la fundación, Maria Viñas, "ya las preparamos para su desinternamiento. Si hoy en día, con un entorno de crisis, ya es difícil que una persona joven asuma la autonomía aún lo es más para una mujer menor, con un hijo a su cargo y sin vínculos afectivos".

La fundación también pone a disposición de las internas una guardería donde sus hijos conviven con niños de otras familias del barrio ya que es un servicio abierto a todos. Es una oportunidad para empezar a adaptarse al mundo real.

Una vez que las madres están preparadas para reinsertarse a la sociedad, el trabajo de la fundación continúa porque, dicen, es básico hacer un seguimiento de las chicas más allá del centro y asegurarse que conservan el trabajo que han conseguido, que mantienen la vivienda y que llevan una vida ordenada. Este seguimiento puede alargarse hasta los 10 años.

Este año la Fundació Maria Raventós ha ganado el premio Obra Social "la Caixa" en la convocatoria de Viviendas temporales de inclusión social 2014 con una dotación de 30.000 euros, por el trabajo que se hace desde la residencia maternal temporal.