El 'antituristas' del Gòtic

Un rojo intenso desentona con las paredes grises del Gòtic. Las temblorosas líneas de un pseudo-grafitero sorprenden a los vecinos y comerciantes de buena mañana en diferentes rincones del barrio. Tourist go home es la frase más repetida. "Me encontré varias pintadas, con el mismo color, muy llamativo, de camino a la tienda", recuerda Montse Núñez, propietaria de la tienda de joyas artesanales MN Esmalts, en la calle de Sant Honorat desde hace 15 años. "A nadie le gustan los turistas que entran a las tiendas descalzos o comiendo, los que orinan en las esquinas. Pero no se puede generalizar. Hay turistas y turistas", explica Núñez.

A pocos metros, en la calle de Sant Sever, la gamberrada más grave: el vándalo también ha pintado en la fachada del Hotel Neri, del siglo XVIII. Los grafitos en estos edificios catalogados se consideran infracciones muy graves y las multas pueden alcanzar los 3.000 euros. "La brigada del Ayuntamiento ya ha limpiado las tres pintadas. Estuvieron toda la mañana para sacar la pintura y otra para restaurar. La esquina estará tapada unos días con un plástico porque es piedra pura y absorbió mucha pintura", explica Esther Bombeli, directora del Hotel Neri.

Las pintadas aparecieron el viernes 29 de enero. El día antes, pura casualidad, quiere creer Bombeli, el Hotel Neri acogía la presentación de Hotel Monument, la marca que agrupa a partir de ahora a los alojamientos que ocupan inmuebles protegidos. En total, 13 hoteles en Barcelona. "A todos nos molesta la masificación en ciertas fechas, como Navidades o rebajas. Pero cuando no se puede caminar por la calle de Portal de l'Àngel, por ejemplo, no es culpa de los turistas. Somos todos", subraya la directora del Hotel Neri.

PERSIANAS SUCIAS

La persiana de Antigüedades Pío, frente al hotel, también fue víctima del gamberro del aerosol rojo. El ayuntamiento no procedió a la limpieza porque, explican fuentes municipales, no actúan en las persianas "por ser un espacio privado". Solo actuarían en persianas, añaden, "con la autorización escrita del comercio y en el marco de una prueba piloto que se hizo", en referencia a la iniciativa Persianes netes. Juan Manuel Pío, propietario del negocio, defiende a los huéspedes de hoteles como el Neri, "gente con dinero y ganas de gastar", añade. "Los comerciantes de la zona vivimos de ellos porque los locales no consumen. El 80% de mis ventas son gracias al turismo", explica Pío.

La fachada de un establecimiento que ofrece visitas turísticas en segway, situado en la Baixada del Caçador, no era la primera vez que sufría una pintada anti-guiris y sus propietarios prefieren no hacer declaraciones. El resto de pintadas aparecieron en la calle de Freneria y de Dagueria. En un bar y en la de unos apartamentos turísticos en regla, respectivamente. Solo en la pared del bar cambió el mensaje. "Escribió un lema feminista. La cuestión era ensuciar la pared", apostilla Josep Sanz, camarero del Bar Brusi. 

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