La antigua Cooperativa Pau i Justícia de Poblenou acogerá la Sala Beckett

La nueva Sala Beckett

La nueva Sala Beckett / RICARD CUGAT

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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La Sala Beckett, espacio de creación y experimentación teatral dedicado a la dramaturgia contemporánea, dejará a finales del 2016 su sede en Gràcia para trasladarse al recinto de la antigua Cooperativa Pau i Justícia, en Poblenou, en la esquina de Pere IV con Batista, donde en 1924 se construyó este edificio de 2.890 metros cuadrados que hasta 1980 acogió esta activa entidad que llegó a tener 1.250 socios.

La cooperativa se fundó en 1895, pero no se constituyó oficialmente hasta 1905. En su emplazamiento de la calle de Pere IV llegó a albergar una escuela, un economato, almacenes, una sala de juntas, un teatro, una biblioteca, una coral, un local donde se jugaba al ajedrez, un bar, una cocina y un centro de excursionismo.

En la primera planta se instaló un gimnasio en los años 90, pero no duró más de cinco años. Después el edificio quedó abandonado, por lo que muchas de sus estancias estaban en un estado ruinoso. El objetivo de Ricardo Flores Eva Prats, los arquitectos que a finales de este mes iniciarán las obras de remodelación, es que este singular espacio no pierda el encanto ni la fuerza del lugar. «Mostraremos el velo que ha dejado el paso del tiempo», dice Flores. Los arquitectos visitaron el mítico teatro parisino Bouffes du Nord, fundado por Peter Brook, para medir el espacio. «Pero el referente que tenemos en la cabeza son las Sophiensaele de Berlín», confiesa Toni Casaresdirector de la Sala Beckett.

Jaume Ciurana, concejal de Cultura, explica que el proyecto del Ayuntamiento de Barcelona es consolidar el eje cultural de Poblenou y revitalizar la calle de Pere IV. «Para ello, en esta nueva fase asumimos un compromiso económico de 2 millones de euros, después de los 350.000 invertidos en el 2013 para poder realizar la intervención arquitectónica», declara. En esta etapa, Ciurana precisa que la Sala Beckett sigue la estela de centros culturales como Fabra i Coats y el Ateneu Popular 9 Barris y pasa a formar parte de la red de fábricas de creación que dependen del ayuntamiento. «El fin es contribuir a consolidar Barcelona como una de las ciudades motor de la dramaturgia contemporánea europea y mundial».