Un vecino de Sants-Montjüic... Andreu Casanova, monologuista

Andreu Casanovas, monologuista: "Sants siempre ha sido mi lugar de recreo"

El actor que representa su peculiar versión de 'las sombras de Grey' recorre el barrio de su infancia

Recuerdo de infancia 8 El humorista Andreu Casanova, en el dragón del parque de L'Espanya Industrial.

Recuerdo de infancia 8 El humorista Andreu Casanova, en el dragón del parque de L'Espanya Industrial.

CARME ESCALES / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En moto, y cantando. Así llega a esta entrevista Andreu Casanova (Barcelona, 1985). Avanza por la calle de Sants, entonando la canción más pegadiza del barrio: "Sants, Sants, Sants, carrer de Sants..., el que no trobis aquí, enlloc no ho trobaràs". Y eso que el humorista que protagoniza las Cincuenta sombras de Andreu, en cartel en el Teatre Capitol (hasta el 21 de febrero), no encuentra todo en Sants. Pero sí tiene en el barrio algo que ha sido siempre clave para él, de niño y de mayor. "Sants siempre ha sido mi lugar de recreo, incluso hoy", afirma.

La colosal estructura metálica con forma de dragón del parque de L'Espanya Industrial lo sabe. Es el tobogán por el que más veces ha descendido Casanova. "Debía tener 8 o 10 años, y me pasaba las tardes, al salir del colegio, bajando por él", rememora. "Me ponía debajo del culo una garrafa de cinco litros de agua, de plástico, vacía y aplastada, para poder bajar más rápido, y así no me quemaba por la fricción al descender. Era como bajar en trineo, rapidísimo. Hacía saltar chispas", recuerda Casanova.

Adentrarse en Montjuïc

El humorista, que ha vivido siempre junto a la plaza de Espanya, no se ha perdido prácticamente ninguna de las fiestas mayores de Sants. Cómo no iba a hacerlo, si ha crecido en sus calles. "Incluso pasaba el verano entero jugando en sus plazas. Mi hermano, dos años mayor, y yo nos pulíamos las vacaciones en Sants", dice. "Sobre todo patinábamos en la plaza dels Països Catalans, pero también nos gustaba mucho adentrarnos en la montaña de Monjuïc, para explorar como verdaderos aventureros", explica.

"Me acuerdo que descubrimos una cueva, que ahora yo no sabría encontrar, que tenía una entrada pequeñísima. Pero la cruzábamos y entrábamos dentro", cuenta el vecino que hoy sale a correr por Montjuïc. "Yo estoy seguro de que soy más echao palante por todas esas aventuras que vivimos de pequeños, y sin salir del distrito", afirma.

"Salir a callejear te da vida y personalidad", sentencia Casanova, que ahora callejea pescando ideas para sus monólogos. "Evidentemente, utilizo vivencias personales. Yo a uno de mis rollos íntimos le he sacado jugo en el escenario. Eso sí, le pedí permiso a ella", aclara. "Confieso muchas cosas en mis monólogos", añade.

Como en Gràcia

"De pequeño leía mucho. Leía los libros que mi padre me recomendaba. Y en clase me aburría mucho. Ya entonces trataba de distraerme leyendo e imaginando paridas", recuerda. Pero en la calle, nunca se aburrió, ni jamás se sintió solo. "Sants tiene ese punto que también tiene Gràcia, que te hace sentir muy cerca de toda su gente. Y son gente que lleva mucho tiempo viviendo en el barrio", argumenta.

El éxito de sus paridas servidas en espectáculo, ahora en la querida por muchos actores sala Pepe Rubianes del Teatre Capitol, le llevan a menudo a Madrid y a otros destinos de la península. Solo tiene que caminar hasta la estación de Sants y subir al AVE. Lleva cuatro años con función en diferentes teatros, hoy también con sus monólogos-vermut. los domingos en el Llantiol. Ese era uno de sus dos sueños. "Quería ser monologuista". El otro, trabajar en un restaurante -estudió Hostelería tres años-, también lo ha cumplido.

Casanova compagina sus actuaciones con sus quehaceres como copropietario del restaurante Intrèpid de Gràcia (Torrent de l'Olla, 176). Josep Maria, su socio, era productor, y se conocieron por los monólogos. Y no descartan, algún día, abrir otro restaurante en Sants.

TEMAS