LA CONVULSIÓN POLÍTICA

Alerta por el desplome de las reservas hoteleras en Barcelona

Turistas de compras en el paseo de Gràcia, el pasado verano.

Turistas de compras en el paseo de Gràcia, el pasado verano. / periodico

Patricia Castán

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Con Barcelona en la cresta de la ola turística, esta actividad económica creció contra viento y marea hasta el verano pese a un cúmulo de trabas. Ni los reiterados mensajes del gobierno municipal de Ada Colau sobre su intención de poner coto al turismo, ni el vandalismo turismofóbico difundido en medio mundo, ni el freno a nuevos alojamientos y ni siquiera el trágico atentado de la Rambla hicieron tambalear al gigante. Pero la imagen que se ha proyectado al mundo del conflicto político que vive Catalunya ha tenido un efecto mucho más fulminante en la llegada de viajeros. Si octubre ha registrado un bajón del 7% en la ocupación hotelera y del 13% en la facturación (respecto al 2016), lo que de verdad preocupa al sector es que estas cifras son mucho más altas en los establecimientos de 4 y 5 estrellas y, sobre todo, la sequía de reservas constatada para los próximos meses.

En agosto y septiembre, a consecuencia del atentado, la ocupación dejó de crecer. Rondó el 90%, como en el 2016, por la inercia de vacaciones ya contratadas. Pero las reservas bajaron ligeramente, y esta tendencia se multiplicó tras el 1-O. Noviembre y diciembre son meses tradicionalmente más flojos, pero hacía años que las previsiones no eran tan malas ni afectaban de pleno al turismo de negocios. Un dato: las reservas para Fin de Año (siempre lleno), están de momento un 40% por debajo de las de hace un año, a falta de que haya un repunte de última hora.

La candidatura de BCN se desestima en la planificación de muchas convenciones y reuniones de negocios

A los descensos  hay que sumar los tres puntos de crecimiento previstos para este 2017. Y es que hasta julio la curva era ascendente y los presupuestos, gastos y personal contratado eran acordes a esas previsiones. Por ello, con un 16% medio de caída de ingresos respecto a lo planificado, muchos hoteles ya han empezado a no renovar contratos temporales y reducir los horarios de muchos empleados. Y es que, como enfatiza el presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, Jordi Clos, son muchos los hoteles cuyo RevPar (ingresos por habitación) han bajado hasta un 40%, por lo que el gremio ya ha activado un plan propio de promoción. Y reclama al ayuntamiento que se doble la inversión en promoción internacional a partir de la recaudación de la tasa turística.

Disparidad

Los pocos establecimientos que mantienen  ingresos son los que trabajan con clientes fijos o regulares. Pero los que albergan a grupos internacionales por viajes de incentivos o negocios, en especial de mercados anglosajones, han sufrido un batacazo enorme este octubre y tienen negras previsiones. Los operadores que prescriben ciudades y candidaturas para realizar viajes de empresa o corporativos están “dejando fuera la de Barcelona”, se lamenta Clos. A la incertidumbre política se suma la imagen de continuas movilizaciones en la calle, lo que hace que como destino la ciudad no sea deseable en estos momentos. Sin olvidar que muchas de las 2.500 empresas que se han llevado sus sedes sociales a otras ciudades han dejado de hacer reuniones corporativas en Barcelona.

Más baratas

Teniendo en cuenta que estos viajes de negocios e incentivos se programan con semanas o meses de antelación, el gremio alerta de que los próximos meses pueden dejar muchas camas vacías en la ciudad.  Y si el precio medio de las habitaciones era de 156 euros hace un año, ahora es de 147, dicen. Y más caerá en noviembre. Cabe recordar que el sector hotelero genera 35.000 empleos directos la mayor parte del año, y unos 120.000 indirectos. 

La patronal ha acordado con Vueling, la Fira y centros de convenciones, Expedia y Turismo de Barcelona un plan para tratar de recuperar el segmento de viajeros de negocios y corporativos. Se invitará a prescriptores y operadores internacionales para transmitirles de forma personalizada “confianza y normalidad” en la actividad de la ciudad, ha destacado. La iniciativa se prolongará hasta principios de verano.

El ayuntamiento prefiere seguir destinando gran parte del impuesto de alojamiento a paliar los efectos del turismo

Pero más allá de esta iniciativa, el gremio reclama recuperar la función inicial de la tasa turística, que era la promoción del sector. Sugiere doblar la actual inversión, que se articula desde Turismo de Barcelona. El ayuntamiento de Colau propició que la mayor parte de este ingreso que pagan los viajeros en los alojamientos fuera para “compensar” los efectos del turismo. Clos señala ahora que “el gremio siempre ha sido solidario” al respecto, pero que  “en estos momentos” se debería apostar más claramente por más promoción. “Las instituciones han de tener claro que hay que relanzar la imagen de Barcelona”, ha dicho.

No obstante, fuentes municipales consideran que la estrategia municipal es "transmitir" al mundo el buen hacer de la ciudad y normalidad en los actuales congresos y eventos (como la actual cita de Smart Cities), y a través de reuniones y citas sectoriales, como en una reciente feria de turismo en Londres. Descartan redistribuir el impuesto turístico, gestionado por el Govern.  El año pasado la ciudad recibió 7,9 millones de euros, el 33% de lo recaudado, aunque este año pasará a ser un 50%. Esa suma se divide entre el ayuntamiento (para paliar los efectos turísticos) y Turismo de Barcelona (promoción), pero ahora el consistorio ha fijado un límite máximo de 4,5 millones para el consorcio.