MAL INICIO PARA LAs FIESTAs DE LA MERCÈ

El aeropuerto de El Prat impide la celebración de la Festa al Cel

Un momento de la celebración de la Festa al Cel del año pasado.

Un momento de la celebración de la Festa al Cel del año pasado.

HELENA LÓPEZ / CARLOS MÁRQUEZ
BARCELONA

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Barcelona, o para ser más exactos, los barceloneses se quedarán este año sin una de sus celebraciones más multitudinarias, tradicional colofón de las Fiestas de la Mercè. El ayuntamiento anunció ayer por la tarde -por sorpresa y solo dos semanas antes de su celebración-, que esta edición de la Festa al Cel, la que debía ser la 22ª, se suspendía por la negativa del aeropuerto de El Prat a cambiar su configuración de pistas para permitir la exhibición. ¿Los motivos? De dos tipos: medioambientales -las molestias que provoca el cambio a las ya enfadadas poblaciones vecinas de Gavà y Castelldefels- y operativas -las afectaciones a los vuelos que implica el cambio-.

El anuncio de la suspensión de tan popular acto -que reúne anualmente en las playas a cientos de miles de barceloneses y que este año ya no aparecía en el programa de mano de la Mercè, distribuido la semana pasada- sentó como una jarra de agua fría a Daniel V. González, coordinador de la fiesta desde el 2007. «Espero que el ayuntamiento se sienta ninguneado y exija responsabilidades. Es inadmisible que la dirección de una empresa estatal acabe así con una tradición con 21 años de historia», apuntó, dolido.

Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona insistieron en que el municipio reafirma su compromiso de continuar colaborando con los responsable del Ministerio de Fomento y, en concreto, de Aena y de El Prat, para conseguir «superar las dificultades técnicas de cara a próximas ediciones», algo que se antoja harto complicado, ya que nada parece indicar que vayan a cambiar los motivos alegados por el aeropuerto.

El Prat puede operar en configuración oeste -entradas desde el puerto y salidas hacia Gavà-- o este -entradas desde Gavà y salidas hacia Barcelona--, siendo la preferente la oeste por razones medioambientales, es decir, para molestar menos a los vecinos de Gavà y Castelldefels. Una de las exenciones que pueden permitir cambiar la configuración del aeropuerto es por «la organización de actos de especial proyección oficial o cultural», que es la que había pedido el consistorio y la que había permitido realizar la exhibición durante los últimos años, pero no ha sido autorizada. Según fuentes del aeropuerto, El Prat de hoy no es el mismo del de hace 20 años: «Pasan 100.000 pasajeros diarios y un cambio de configuración provoca alteraciones en muchos vuelos, además de ser incompatible con los requisitos y recomendaciones de la normativa medioambiental recogida en la declaración de impacto ambiental y disciplina del ruido».

Hasta este año, todas las ediciones de la exhibición -que en el 2013 pretendía homenajear al fallecido Álvaro Bultó-  habían sido autorizadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aeronáutica (AESA), que emite su conformidad previa consulta a Aena Aeropuertos, y se habían hallado soluciones técnicas para compatibilizar el normal funcionamiento del aeropuerto con la exhibición. «Este año ha sido imposible por la cantidad de vuelos que implicaba cambiar», concluyen fuentes del aeropuerto de El Prat.