entrevista con DELEGADO DE LA COMISIÓN EUROPEA EN Barcelona

Manel Camós: «La educación debería tener una asignatura sobre Europa»

Manel Camós, en su despacho de la oficina de la CE en Barcelona.

Manel Camós, en su despacho de la oficina de la CE en Barcelona.

MONTSERRAT RADIGALES
BARCELONA

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La Comisión Europea (CE) tiene oficinas de representación en las capitales de los 27 estados miembros y solo en ocho ciudades de la UE que no son capital de Estado. Barcelona es una de ellas y hoy se cumplen 20 años del día (18 de abril de 1991) en que fue inaugurada, con la presencia del entonces presidente de la CE, Jacques Delors, y de las máximas autoridades de Catalunya y de la ciudad. Manel Camós, alto funcionario de la CE desde 1987, es su director desde el 2005.

-¿Por qué cuesta tanto explicar la UE fuera de Bruselas?

--Porque nunca ha habido un esfuerzo real por parte de los gobiernos. Cuando los ministros vuelven de un Consejo de la UEvendenlos resultados a su opinión pública según les convenga. O dicen «hemos logrado» o dicen «Bruselas nos impone». Ya sería hora de que en los programas educativos hubiera una asignatura sobre Europa y la construcción europea.

-¿Quizá también porque los mecanismos de la UE, por su propia naturaleza, son enrevesados?

--Es que son 27 estados. Los tratados se van reformando, pero siempre hay una timidez por parte de los estados. ¿Por qué no se llama «ministro de Exteriores» en vez de «alto representante» o «embajadas» en vez de «representaciones»? Se avanza y a los estados no les queda más remedio que ceder soberanía, pero no se atreven a decirlo a sus opiniones públicas.

-¿Por qué fue elegida Barcelona para abrir una representación, como una de las ciudades que no son capital de Estado?

--La Comisión Europea vigila mucho dónde pone sus representaciones. Las ocho ciudades que no son capital de Estado --Milán y Múnich, por ejemplo-- fueron elegidas por el peso económico o cultural de la ciudad o de su región. En el caso de Barcelona, añadiré que, en aquella época, la Generalitat luchó mucho y elpresidentPujol estableció una relación muy buena con el presidente Delors.

-Barcelona se ha convertido en la capital euromediterránea. ¿Tiene más vocación europeísta o más vocación mediterránea?

-Barcelona, dentro de Europa, tiene una clara vocación de capitalidad mediterránea. Y con la crisis actual en el sur del Mediterráneo, la gente se da cuenta de que iniciativas como la Unión por el Mediterráneo (UpM) son más necesarias que nunca.

-Pero la UpM no ha funcionado...

-Estas cosas no se pueden mirar a corto plazo. La UpM es necesaria y, después de lo que ha pasado, lo será aún más. Esto lo reconoce toda la UE. Hay que ver qué falla con los mecanismos para intentar superarlo. El norte y el sur del Mediterráneo han de tener una complicidad y un entendimiento; les interesa a ellos y nos interesa a nosotros.

-¿Qué ha tenido que ver la representación de la CE en Barcelona en la cuestión del uso del catalán en las instituciones europeas?

-Mucho. Eso empezó en 1990 con la denominada «resolución Reading» que singularizó el caso del catalán, y en el 2005 el Gobierno español hizo otras propuestas. Hoy usted se puede dirigir a las instituciones europeas en catalán y recibir la respuesta en catalán. En nuestra oficina lo tenemos plenamente normalizado: en la página web, en las publicaciones. Aquí trabajamos 11 personas, incluidos un británico, un holandés, un belga, un francés y un alemán. Hablamos muchos idiomas pero la lengua común de comunicación y de trabajo es el catalán.