Un viaje sugerente al mundo de las formas humanas

«No puedo fotografiar nada que antes no haya pasado por mi corazón». Así de rotunda se muestra la fotógrafa Isabel Muñoz cuando se le pregunta por sus temas favoritos. «No es que la fotografía sea parte de mi vida. Es que ya no sé dónde empieza una y dónde termina la otra», confiesa. Esta mujer de mirada sensible y discurso magnético, casi hipnótico, nació en Barcelona y vive en Madrid, pero su casa es el mundo, ya que se lo ha recorrido casi entero buscando la belleza de las formas y la esencia del cuerpo humano. Esta tarde recala en Barcelona y ofrece una conferencia sobre su obra en el Institut d'Estudis Fotogràfics. «Me cuesta hablar de mí, pero esta será una charla especial, porque es la primera que doy en la ciudad donde he nacido», cuenta.

Muñoz hablará de su manera de entender la fotografía y de algunos de sus trabajos, como Infancia,Maras,El amor y el éxtasisy de sus imágenes sobre el mundo de la danza y las tribus que decoran su cuerpo como medio de expresión, por citar unos ejemplos. «Me siento una privilegiada de mi tiempo: soy testigo de muchas cosas interesantes y las puedo contar».

PROYECTOS / La artista tiene ahora entre manos varias ideas, como un trabajo sobre las identidades, «un repaso a la ley de vagos y maleantes de la época de Franco en la que se trataba a los homosexuales como a los presos comunes». Pero todavía habrá que esperar un poco: «Me tomo mi tiempo. Me gustaría que este trabajo fuera un grito».

Viajera e inquieta, parece que no hay dificultad que la pare. ¿Qué haría si le retiraran el pasaporte y no pudiera viajar? «En España también hay miles de cosas por hacer. Aunque creo que intentaría salir del país sin pasaporte. Cuando me dicen que no a algo, intento darle 20 vueltas hasta conseguirlo». Y, más difícil todavía, ¿qué pasaría si le quitaran para siempre la cámara? «Eso sí que sería tremendo. Necesito comunicar, compartir, amar. Para mí, la foto es sentimiento y si me preguntan qué haría sin sentir... no querría estar aquí».