intervención ANTE LOS EMPRESARIOS del aspirante CONVERgENTE a la alcaldía

Trias acepta frenar la L-9 y dar prioridad al túnel de Vallvidrera

Entrada por la boca sur al túnel de Vallvidrera desde la Via Augusta, en dirección al Vallès Occidental.

Entrada por la boca sur al túnel de Vallvidrera desde la Via Augusta, en dirección al Vallès Occidental.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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En puertas del mayor y más prolongado recorte de la inversión y del gasto públicos que se recuerdan en la Generalitat, el aspirante a la alcaldía de Barcelona por el mismo bipartito de centroderecha que gobierna Catalunya, Xavier Trias, anunció ayer que «impulsará las grandes infraestructuras de la ciudad». De ellas, el líder municipal de CiU destacó especialmente una, el desdoblamiento del actual túnel único de Vallvidrera de tres carriles, una obra sobre la que el fenecido tripartito de izquierdas ya encargó los primeros estudios. «La prioridad que tengo ahora es construir otro túnel y acabarlo cerca de la calle de Numància», aseguró ante 460 empresarios convocados por la Cámara de Comercio. En el mismo acto, fue comprensivo con la ralentización de la L-9/L-10 del metro que proponen sus compañeros de CiU en el Govern ante una falta de recursos que atribuyó a «gobiernos anteriores».

Trias sostuvo que dará este impulso a las grandes obras buscando «el apoyo de las otras fuerzas políticas», pero sin concretar cómo se pueden pagar unos proyectos que se miden por cientos de millones y que en su gran mayoría dependen de otras administraciones. El líder convergente reivindicó en este aspecto «un nuevo sistema de financiación basado en la Carta Municipal».

«NO ENGAÑAR A LA GENTE» / «Las infraestructuras son básicas y no se puede perder más tiempo», lanzó acto seguido a un auditorio en el que curiosamente también estaba el artífice y máximo garante de la ortodoxia presupuestaria del nuevo Ejecutivo de Artur Mas, elsuperconsellerde Economia, Andreu Mas-Colell. En una charla llena de contrastes, y tras su aceptación a retrasar la L-9, el líder de CiU también proclamó lo siguiente: «Lo que no se puede hacer es engañar a la gente, porque muchas cosas no las podremos hacer».

A continuación atribuyó a la «sociedad civil», la iniciativa privada, haber sabido poner a Barcelona en «la primera división de las ciudades del mundo» a pesar de la «grave crisis de liderazgo del alcalde Jordi Hereu». Reconoció que la capital «es una marca muy potente, con buenas infraestructuras». Junto al puerto, el aeropuerto, y el inevitable y lejano Cuarto Cinturón, citó ahora al AVE, cuyo trazado por el centro para unir Sants y la Sagrera CiU ha cuestionado tanto como el PSC ha defendido. El problema es que «la gente está desilusionada, se ha perdido empuje; es preciso un cambio», dijo.