AUMENTO DE LAS DENUNCIAS POR INDIGENTES QUE DUERMEN EN LAS INSTALACIONES

AENA solo dejará entrar de noche en El Prat a viajeros y empleados

Un 'sin techo' en un banco de la T-2, en noviembre del 2009.

Un 'sin techo' en un banco de la T-2, en noviembre del 2009.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Algunos episodios violentos que han protagonizado en las últimas semanas indigentes que han hecho de las dos terminales de El Prat su refugio nocturno han llevado al gestor del aeropuerto a recuperar una medida que aplicaba hasta hace cinco años y que abolió por el aumento de flujo de pasajeros en la T-2: limitar la entrada en las instalaciones por la noche a trabajadores y a viajeros. Según informaron ayer fuentes de

AENA, esta decisión, que se aplicará a partir de mediados de este mes entre la medianoche y las cinco de la madrugada, se tomó en la junta de seguridad celebrada el pasado 19 de noviembre.

Así, dentro de unos días solo habrá un acceso para entrar a cada una de las terminales del aeropuerto, la T-1 y la T-2, y únicamente podrán hacerlo los pasajeros, los trabajadores de El Prat y las personas que vayan a recoger a los viajeros.

La medida, explican desde AENA, se va a recuperar por una cuestión de seguridad, pero sobre todo debido a un aumento de quejas, especialmente de trabajadores del aeropuerto, que han denunciado ser víctimas de agresiones por parte de algunos de los 20 indigentes que duermen en las instalaciones. Se trata de personas con una situación de pobreza crónica, graves situaciones de alcoholismo o adicción a otras sustancias y, en ocasiones, problemas de salud mental, que han protagonizado más de un altercado. Es el caso, cuentan las mismas fuentes, de la denuncia de la empleada de una cafetería de la T-2, a la que una mujer rusa que llevaba instalada varios meses en el aeropuerto la amenazó con una botella rota porque no le permitió que le robara.

EL DOBLE QUE EN EL 2009 / El próximo día 9, antes de poner en marcha la nueva norma, AENA se reunirá con los servicios sociales de la Generalitat y las fuerzas de seguridad con el fin de encontrar una solución para la veintena de pobres que viven en el aeropuerto, y que ahora pueden campar a sus anchas, siempre y cuando no alteren el orden público, ya que ninguna ley impide les impide dormir al tratarse de espacios públicos. Y aunque personal del gestor aeroportuario está al tanto de que la presencia de indigentes no ocasione problemas y se encuentran en permanente contacto con asistentes sociales, servicios médicos y la policía, la realidad es que la cifra de sin techo se ha duplicado en un año y medio. A finales del 2009, cinco meses después del estreno de la T-1, AENA reconocía a EL PERIÓDICO tener censados una decena desin techo, una cifra que se ha doblado.