EL DÍA DESPUÉS DE UN ACCIDENTE MORTAL

Vecinos de la Meridiana piden ampliar el tiempo semafórico

Un peatón, ayer, espera para cruzar en el mismo punto del accidente.

Un peatón, ayer, espera para cruzar en el mismo punto del accidente.

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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El debate no ha dejado de estar vivo desde el 2007 entre los 11 barrios por los que pasa la Meridiana, cuyos portavoces llevan desde entonces pidiendo al ayuntamiento menos carriles y rebajar su anchura para evitar los excesos de velocidad que denuncian son habituales. Y ahora, tras el trágico accidente del domingo, en el que un niño de 10 años murió tras ser embestido por un coche cuando aguardaba para cruzar la calle en una isla central de peatones con su hermano de 4, su madre y su abuela, que resultaron heridos, la polémica se ha vuelto a incentivar.

Un día después del drama, y mientras sigue la investigación de por qué el conductor perdió el control del coche, como reconoció, en el cruce con la calle de Espronceda (tramo sin radares), vecinos de la zona coincidían en señalar, asimismo, que el tiempo de los semáforos para peatones es muy corto y pedían ampliarlo para evitar, precisamente, esperar en una zona sin protección.

«Yo no puedo correr y me da pánico quedarme en el centro porque además sientes cómo pasan los coches a toda velocidad. Lo que siempre hago es esperarme a ver cómo se pone verde y entonces sé que puedo cruzar de un tirón», explicaba ayer Carmen Guardia, residente de la zona, quien también reconocía que es habitual ver a peatones cruzando de manera temeraria, lo que no fue el caso de la familia ucraniana que sufrió el múltiple atropello. La misma táctica utiliza, como tantas personas mayores, María Luisa Gómez, que pasa casi a diario por el mismo lugar que las víctimas: «Los semáforos tendrían que durar más para cruzar sin necesidad de apresurarte. Lo que yo echo de menos es el puente», cuenta en referencia a los pasos elevados que había años atrás en varios tramos de la Meridiana.

PACIFICAR / El representante de los vecinos de la Sagrera, Josep Barbero, entidad que encabeza desde hace cuatro años la reivindicación de los 11 barrios por los que pasa la avenida, abogó también por ampliar el tiempo de los semáforos para los peatones y, especialmente, por pacificar la vía. «Debería haber un carril menos por sentido y más estrechos, lo que no daría tanto la sensación de vía rápida. El problema es que los conductores no ven peligro y no respetan los 50 kilómetros por hora», explicaba, y denunciaba la «inseguridad» de las islas centrales, donde en los últimos años ha habido varios atropellos mortales.