Colegios para todos

Soleada mañana de sábado en Sant Andreu. La cola para hacerse con un vaso de chocolate caliente -que pese al sol, apetece-, casi rodea la plaza de Can Fabra, animada por los Timbalers de Sant Andreu. Varias madres aprovechan la larga fila para recoger firmas y repartir adhesivos con un mensaje claro: «En Sant Andreu, escuelas para todos». Y es que el motivo del encuentro no es otro que reivindicar -por enésima vez-, la creación de plazas escolares en un barrio que en los últimos años ha incrementado mucho su población y que se ha quedado corto en cuanto a equipamientos educativos.

«El motivo que nos dan para no crear escuelas es que se trata de los hijos del boom, que la falta de plazas es algo puntal, pero este argumento no es válido en Sant Andreu. Aquí han venido muchísimas parejas jóvenes que, o tienen ya un hijo o lo tendrán pronto. No puedes proyectar tantos pisos y tan pocos equipamientos asociados a estos», resume Carles Mercader, portavoz de la Comissió pel dret a l'escola pública del barri de Sant Andreu y de la asociación de vecinos, organizadores de la fiesta, que reúne a un gran número de familias (la mayoría jóvenes) tanto de Sant Andreu como de otros barrios del distrito y del resto de ciudad con un problema similar.

«Estamos juntos en esto. Cuando nos movilizamos nosotros, vienen ellos y a la inversa», explica Sandra Garcia, presidenta del ampa del Congrés-Indians, escuela de nueva creación del barrio vecino, centro en barracones, como las escuelas Can Fabra y La Maquinista, estas sí en Sant Andreu y cuyos ampas son activos miembros de la comisión organizadora de la jornada.

Gigantes y debates

El ambiente en Can Fabra combina a la perfección fiesta y reivindicación, como ha pasado en los muchísimos actos que el colectivo ha organizado en los últimos años. Mientras los gigantes de varios colegios animan a los más pequeños, disfrazados con bolsas de basura con el mensaje de la protesta, los padres debaten sobre «la falta de previsión del distrito en la planificación de plazas escolares».

En cuanto a la fecha elegida para la acción, Mercader explica que no tiene nada que ver con cambios políticos, sino con el calendario escolar. «Debía ser antes de las preinscripciones», apunta el líder vecinal, quien añade que la situación en cuento a los institutos todavía es peor. «El barrio cuenta con un solo instituto», agrega.

Esta comisión lleva un lustro peleando por la educación pública en el barrio. Y, pese a que en ese tiempo la situación ha mejorado mucho -han logrado la construcción de tres nuevas escuelas, lo que ha logrado que este curso la matrícula en escuelas públicas haya superado por primera vez a la de las concertadas, algo que el colectivo juzga «muy positivamente»-, entienden que queda mucho trabajo por hacer. «Pese a las mejoras, el año pasado faltaron 123 plazas, y tememos que el curso próximo sea todavía peor si no se toman medidas ya», insiste el portavoz.

Al margen de manifestarse, el colectivo propone soluciones. Además de la creación de dos nuevas escuelas, proponen la conversión a dos líneas de la centenaria escuela Ignasi Iglesias.