EL CINE COMO DENUNCIA SOCIAL

Contra el derribo

Testimonio 8Xavier Artigas capta el derrumbe de una casa de la Colònia Castells.

Testimonio 8Xavier Artigas capta el derrumbe de una casa de la Colònia Castells.

CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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Los vecinos que todavía residen en la Colònia Castells intentan que no afecte a su día a día el infernal ruido de la máquina excavadora que va demoliendo sus casitas blancas sentenciadas a muerte en el barrio de Les Corts. Una señora tiende la colada mientras un grupo de hombres disfrazados de astronautas y protegidos con máscaras derrumban fachadas de fibrocemento, canalones, bajantes y cumbreras de uralita, cuyo polvo es tóxico y cancerígeno.

La cámara de Xavier Artigas capta esa escena y muchas más. En silencio, sin intervenir, simplemente observando cómo la estrategia urbanística del ayuntamiento acaba con una forma de vida envidiable, con un pueblo en medio de la metrópolis de cemento, con un oasis de paz en un desierto de grandes avenidas, colapsos de tráfico y prisas.

Artigas, sociólogo y cineasta, filma el documental No-Res. «Las horas de sol, las ventanas con macetas, la ausencia de tránsito, la vida en la calle, el contacto entre vecinos, los abuelos con sus sillas ante la puerta y los niños jugando con la pelota acabará siendo una nada, un descampado fantasma, y más adelante pisos y oficinas, que no se llenarán», argumenta el realizador.

La Colònia Castells era uno de los escasos testimonios arquitectónicos de la Barcelona industrial de principios del siglo XX.«No-Res es la crónica de sus últimos días. Con el derribo de sus casas bajas quedará enterrado un micromundo peculiar, una forma muy humana de entender el espacio urbano». El director presencia la intimidación que soportan los vecinos que aún no han marchado, como en su día pasó en el Raval.«Quedan tres familias y algunos grupos de okupas. Los derrumbes comenzaron hace un mes. Ya se han cargado ocho casas. Unas dos por semana. Siempre llevan en secreto cuál será la siguiente», asegura.

El equipo de rodaje comenzó a filmar en abril. Ya son un grupo más del barrio.«Nos invitan a tomar café en sus casas, pero siempre trabajamos desde la distancia, con cordialidad y sin molestar».

Como sociólogo, siente especial interés por la evolución de las formas de vida.«Cómo los procesos económicos transforman la cotidianidad de las personas». Según él, no hay impunidad.«A nivel político poco puedo hacer. Mi arma es la cámara. Es mi forma de denuncia social».No obstante, huye del panfletismo y del documental convencional.«El cine puede contribuir a una concienciación. Busco otras formas de expresar el malestar y luchar contra la injusticia».

La financiación huye de los circuitos habituales.«Invertimos nuestros propios recursos, organizamos conciertos para recaudardinero y buscamos apoyo a través de la web. Damos una camiseta y el dvd cuando esté terminado».