La Barceloneta ya tiene la primera finca rehabilitada

Las tortuosas escaleras siguen siendo igual de empinadas y estrechas, pero como mínimo ahora están muchísimo mejor iluminadas, y su aspecto es bastante más acogedor que hace apenas medio año. Igual que su fachada, que ha recuperado los valiosos grabados y estucados originales, de los que hasta ahora muchos de los propios vecinos desconocían incluso su existencia, ya que hacía décadas que estaban escondidos bajo varias capas de pintura. La finca ubicada en el número 1 de la calle de los Magatzems es la primera reformada gracias a las ayudas a la rehabilitación del plan de barrios de la Barceloneta, subvenciones por las que se han interesado ya 140 comunidades. En los tres años que le quedan de vida al plan -el periodo de actuación tiene fecha de caducidad-, sus impulsores prevén remodelar unas 45 más (el otro centenar de aspirantes deberán buscar otras vías).

ELEMENTOS COMUNES / El renacer de esta primera finca -acotado solo a los espacios compartidos, es decir, las instalaciones comunitarias de electricidad y agua, la escalera, la fachada y el terrado- ha costado seis meses de obras y 163.161 euros, de los que 95.886 han sido sufragados por el plan (el 58% del total). «Lo más complicado es siempre la gestión con los vecinos. Tratar con ellos y convencerles de la conveniencia de las mejoras. Y hay que tener en cuenta que esta no es una finca tipo de la Barceloneta, ya que dos de las cinco plantas son enteras, no sonquarts de casa, por lo que vive menos gente. Pero en otras, en las que todos los pisos están divididos, la tarea es complicada», explica Arnau Balcells, arquitecto del plan, quien mantiene una excelente relación con los habitantes de las 11 fincas en las que ya se han iniciado los trabajos. El objetivo es terminar la reforma de otras seis de ellas antes de acabar el año.

El programa de rehabilitación del plan de barrios -gestionado desde la oficina técnica de la calle de Balboa- recoge tres tipos de ayudas: la general, que cubre el 60% del presupuesto (con un máximo de 10.000 euros por vivienda); la adicional, para edificios históricos de interés arquitectónico, y que incrementa en un 10% la ayuda general -como en el caso de los Magatzems, 1- y la ayuda social, destinada a las personas con dificultades económicas graves, y que cubre el 100% de la aportación individual correspondiente -tres de los vecinos de esta primera finca se han acogido a la subvención especial.