clamor en ciutat vella por un barracón escolar que se eterniza

El CEIP Mediterrània vuelve a la calle para exigir la nueva escuela

HELENA LÓPEZ / Barcelona

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Las madres del CEIP Mediterrània, en la Barceloneta, tienen muy claro aquello de que la única lucha que se pierde es la que se abandona, y lo último que pasa por sus cabezas es abandonar. Ayer volvieron a manifestarse frente a los barracones que tienen por escuela y cortaron durante algo más de media hora la calle de Andrea Dòria para pedir por enésima vez el inicio de la construcción del colegio, obras para las que todavía no hay fijado un calendario.

La última fecha que había sobre la mesa -que no sobre el papel, como reclaman las madres- era el primer trimestre del 2011, anuncio hecho en el pleno de Ciutat Vella del pasado mes de marzo por la entonces concejala del distrito, Itziar González, y del que la nueva edila, Assumpta Escarp, dice no saber nada. «En la última audiencia pública, el jueves pasado, nos respondió que la obra no ha sido adjudicada y que no hay financiación por parte de Gisa», explica indignada Montse López, portavoz de la AMPA. Fue esta respuesta la que encendió los ánimos de las madres, quienes, ante la falta de compromisos, organizaron para ayer una concentración frente al centro. Como en anteriores movilizaciones, se sumaron a la protesta el equipo docente y otras 13 entidades ciudadanas de la Barceloneta.

COMPROMISOS INCUMPLIDOS / El acta de la reunión entre la AMPA del CEIP Mediterrània y la gerente del distrito, Mercè Massa, el 12 de febrero del 2009, no deja lugar a dudas. «La nueva escuela será de una línea y tendrá guardería. Su inauguración está prevista en septiembre del 2011», se afirma en la misma. Más tarde se informó a las familias de que finalmente la guardería no se construiría.

Ayer, fuentes del Consorci d'Educació de Barcelona afirmaron que el calendario no se puede fijar hasta que esté elaborado el presupuesto, y que el presupuesto no se tendrá hasta que se tenga el proyecto definitivo, «en el que se está trabajando», insisten. Exactamente la misma respuesta dada por esta administración hace ocho meses, tras la primera manifestación organizada por la combativa AMPA del centro, que está de prestado en el patio del vecino CEIP Alexandre Gal·lí desde que en el verano del 2007 el ayuntamiento decidiera derribar la escuela por problemas estructurales.

En un principio, los barracones debían ser «para dos o tres cursos», recuerda María Ascensión Fumanal, directora del centro. Van por el cuatro y la cosa no pinta demasiado bien. La dirección -agotada de no poder embarcarse en según qué proyectos al desconocer cuánto se dilatará esta situación de provisionalidad- no tiene mucha más información que la AMPA.

La directora recibió una llamada por parte del consorcio el 19 de febrero -día en el que este diario se hizo eco de la primera movilización-diciéndole que la llamarían pronto «para buscar día y hora para una

reunión». No recibió nuevas noticias hasta ayer por la mañana, inmediatamente después de la última protesta convocada por las madres del centro. Un centro que lleva ya más de tres cursos sin gimnasio, comedor ni biblioteca, pero que no ha perdido la ilusión por existir ni las ganas de lucha.