Las obras de la Sagrera avanzan al ralentí 3 meses después del inicio

A la mayor obra pública de Barcelona (con permiso de la kilométrica L-9/L-10 de la Generalitat), la macroestación del AVE y Rodalies de la Sagrera, le faltan trabajadores y máquinas. Tres meses después del multitudinario inicio oficial de una infraestructura que costará 900 millones, en el amplio espacio donde se hizo el acto solo se ven los seis enormes paneles colocados entonces para anunciar el proyecto. En el conjunto de la gran explanada que acogerá el edificio, entre los puentes del Treball y Bac de Roda, solo ha trabajado en este tiempo, y a cámara lenta, un reducido equipo de operarios para quitar las viejas vías de las líneas R-1, R-2 y Girona-Portbou. Estas fueron desviadas en julio a un trazado provisional en el lado montaña para dar paso a una actividad que, sin embargo, está por llegar. El recorte en la inversión por los problemas de financiación del Estado adopta diversas formas, no todas explícitas o anunciadas.

La maquinaria y la actividad sobre el terreno eran inexistentes el pasado viernes, cuando ha transcurrido ya medio año de la adjudicación en marzo de las dos primeras fases de las obras: la estructura de la estación (367 millones) y los accesos (222, en total 589). Los proyectos de las dos siguientes, arquitectura interior e instalaciones con un mínimo de 300 millones más, todavía se están redactando.

ACTIVIDAD DEL TÚNEL / El solar de 600 metros de longitud que debe vaciarse para construir los cuatro niveles de la macroestructura aparece desierto. Oficialmente, Fomento informa de que las obras del AVE en Catalunya no sufren recortes ni retrasos para que el enlace con Girona y Francia sea una realidad en el 2012. Pero ahora, en la zona de la Sagrera la actividad se centra solo en la base de trabajo del túnel hasta Sants situada junto al puente de Bac de Roda. Allí ha vuelto el trajín una vez que la tuneladora situada en el pozo de Mallorca-Padilla empieza a moverse de nuevo, tras una parada técnica de tres semanas, y realiza pruebas para seguir hacia la Sagrada Família.

En julio pasado el gestor de infraestructuras Adif, responsable de los trabajos, anunció la contratación (25 millones más) a tres uniones temporales de empresas de la asistencia técnica y el control de las obras de la estación ya licitadas. Por ahora, sin embargo, se trata de unos trabajos que aún no se pueden supervisar.

ALARGAR PLAZOS / El Ayuntamiento de Barcelona mantuvo en mayo, después de anunciarse el recorte inversor, contactos con Fomento ante la posibilidad de que el tijeretazo afectara a la Sagrera. La inquietud municipal se refería a la posibilidad de que aunque los trabajos no se paralizaran pudieran ralentizarse para así alargar los plazos de pago a las constructoras y evitar, en los meses difíciles de la segunda mitad del 2010 y la primera del 2011, la acumulación de certificaciones de obra hecha.

Fuentes del sector de los contratistas de proyectos públicos han confirmado que Fomento hace meses que extrema el control del ritmo de gasto de todas sus realizaciones. Ello supone que si una determinada constructora este verano, por ejemplo, ha cubierto ya el presupuesto inicial que tenía para este año, el ministerio no lo ampliará a cuenta del total plurianual del proyecto como sí era habitual hasta hace poco, enlos años de la expansión.

Con la llegada de los últimos meses del año, añaden las mencionadas fuentes, estas tensiones financieras y de tesorería están aumentando. Y pueden alcanzar también a proyectos que están en su fase inicial a causa de cómputos globales que efectúa Fomento en toda España, haciendo trasvases en el conjunto de las adjudicaciones en manos del reducido grupo de constructoras que se reparten las grandes obras.