AUGE DE UN GRUPO CALLEJERO EN UN ESPACIO URBANO EN CONSTRUCCIÓN

La banda Mara 13 se enquista en una zona en obras de L'Hospitalet

Rascacielos de Porta Nord, zona que el grupo considera 'su territorio'.

Rascacielos de Porta Nord, zona que el grupo considera 'su territorio'.

DAVID PLACER / L'Hospitalet

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los terrenos sin urbanizar y delimitados por vallas de construcción de la zona de Porta Nord, paralizada por la crisis inmobiliaria, son el escondite elegido por las bandas latinas que han ganado terreno en L'Hospitalet en los últimos años: la Mara 13. Con 40 miembros activos, el grupo de jóvenes asegura controlar el lugar y dice que ha prohibido la entrada de otras bandas latinas en «su territorio». El único edificio construido hasta ahora en la zona, un rascacielos de pisos de alto nivel en la carretera de Collblanc, ya ha sido marcado por la banda. En sus alrededores, los miembros de la Mara 13 han escrito mensajes como «La Mara controla» o «Nos vemos en el infierno».

La presencia de la pandilla, de sobras conocida por los vecinos y los Mossos d'Esquadra, que les registran y les piden la documentación con frecuencia, genera sentimientos divididos en el barrio. «Mientras se peleen entre ellos, a mí no me importa», asegura un jubilado. «Cuando vienen todos juntos me marcho porque les tengo miedo», confiesa un indigente. «No hacen nada, son niños con ganas de llamar la atención», opina un joven.

Pero, desde dentro, los jóvenes explican su propia versión. «Nosotros controlamos esta zona. Aquí no puede venir ningún Mara 18, ningún latin o ñeta», explica un miembro de la Mara 13 que prefiere mantener el anonimato y que deja claro quienes son sus enemigos por antonomasia: los Mara 18. «Este es nuestro territorio. Nos peleamos si otros vienen aquí. Ahora tenemos un tema pendiente porque a uno de nosotros le hicieron un corte en un brazo. Eran de la Mara 18 y esto no quedará así», asegura el joven que estuvo detenido en un centro de menores por un apuñalamiento que, según explica, cometieron sus amigos.

HORMIGAS MARABUNTA / La Mara 13 y la Mara 18, dos vertientes de la Mara Salvatrucha, son organizaciones delictivas que nacieron en Honduras y El Salvador y que posteriormente se extendieron a Estados Unidos y, más recientemente, a España. Su nombre proviene de las hormigas marabunta que arrasan todo lo que encuentran a su paso.

Los grupos de España, fundados por miembros de estas organizaciones en otros países, no son tan violentos con en Centroamérica, pero sí mantienen algunos de sus rasgos característicos, como las pruebas de iniciación que consisten en que cinco integrantes del grupo dan golpes durante 13 segundos al aspirante.

El pasado martes, un grupo de siete jóvenes «controlaban» la zona de Porta Nord. Todos ellos confesaron haber recibido la paliza para ser aceptados en el grupo. «Eso no es nada. Dura poco y, al final, a algunos hasta les termina gustando», explica uno de los jóvenes. Los integrantes de la pandilla, casi todos menores, confiesan que el grupo ha venido a menos en los últimos meses. «Antes éramos unos 100, pero muchos han terminado en la cárcel y ahora solo somos 40», dice uno de ellos.

BOXEO EN LA CALLE / Algunos vecinos se han asustado cuando han visto peleas de boxeo organizadas. «Traen sus guantes y se pelean en medio de la calle», asegura un vecino. Muchos de los jóvenes van a fumar o a escuchar música a los solares sin edificar y ni estudian ni trabajan.

Dicen que no se meten con los vecinos, que solo lo hacen con las «bandas enemigas». Por lo general, la policía no les logra encontrar armas o drogas en sus requisas. Eso sí: todos advierten de que están dispuestos a cumplir una de sus normas básicas: nadie se puede marchar de la banda. Pero si lo hace, ¿qué ocurre? «Lo matamos», aseguran.