estudio sobre el lugar que ocupa la CIUDAD en el mundo

Barcelona mejora siete posiciones en el 'ranking' de las ciudades más caras

HELENA LÓPEZ / Barcelona

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Parece que lo de los tan famosos como imperceptibles brotes verdes va en serio, a juzgar por el informe del Observatori Barcelona correspondiente al periodo 2009-2010 presentado ayer por el presidente de la Cambra de Comerç de la ciudad, Miquel Valls, y por el primer teniente de alcalde y concejal de Promoción Económica, Jordi William Carnes. Entre las cifras más optimistas del estudio, que compara la capital catalana con las principales ciudades del mundo en ámbitos como el volumen de negocio, el turismo y la calidad de vida, destaca que Barcelona ha mejorado siete posiciones en la clasificación de las ciudades más caras del mundo, y que mantiene la primera en cuanto a la calidad de vida para los trabajadores por duodécimo año consecutivo (a ojos, eso sí, de los ejecutivos internacionales).

Es más, en algunos aspectos, se puede decir que Barcelona ha sabido sacar provecho de la crisis global para reafirmar su posición en el mundo. En lo que se refiere al coste de la vida –el indicador que más afecta a los ciudades de a pie– la cuidad ha pasado del puesto 31º al 38º gracias en gran parte a la depreciación del euro con respecto al dólar iniciada a mediados del 2008 (aunque cabe destacar que la ciudad disparó su coste de vida entre el 2006 y el 2007, pasando de la 56º a la 31º posición).

Para Valls, la principal lectura del informe –encargado por ayuntamiento y Cambra– es que la ciudad «ha resistido con buena nota a un año difícil», y remarca que la ciudad recupera la cuarta posición en la clasificación de las mejores ciudades europeas para los negocios, por encima de capitales como Madrid, Bruselas, Berlín y Amsterdam, y solo superada por Londres, París y Fráncfort. Hace solo una década, la capital catalana se encontraba en la posición número 11 en esa misma clasificación.

Del completo informe presentado ayer también se desprenden cifras ilusionadoras para el sector hotelero. Pese a la crisis, la ciudad mantiene su liderazgo turístico en Europa tanto en el número de pasajeros de cruceros –por octavo año consecutivo el puerto de Barcelona encabeza en número de viajeros de los puertos del Mediterráneo, superando por primera vez en el 2008 los dos millones de cruceristas– como en plazas hoteleras, manteniéndose como la cuarta ciudad europea con más oferta, con 113.402 plazas. En cuanto a la evolución, el estudio también refleja que en los últimos 10 años la capacidad hotelera en Barcelona ha crecido un espectacular 73%. «Pese al decrecimiento generalizado del sector, el turismo en Barcelona ha acreditado una notable resistencia y ha cerrado el 2009 con un incremento de pernoctaciones del 2,6%», apunta el estudio.

En lo que se refiere al aeropuerto de El Prat, que mantiene la novena posición en la clasificación europea en cuanto al volumen de pasajeros –cinco dolorosas posiciones por debajo de Barajas–, Valls apunta la importancia de la inauguración de la T-1. Aunque no todo pueden ser buenas noticias. Sobre los nuevos retrasos anunciados por el ministro Blanco en cuanto a la llegada de Rodalies a la nueva terminal, el presidente de la Cambra asegura que es un tema que «le preocupa mucho», ya que el déficit de transporte público en la nueva terminal puede perjudicar al volumen de negocio del aeropuerto barcelonés.

Carnes, quien apeló en varias ocasiones durante la presentación a la importancia de la colaboración entre el sector público y el privado, hizo énfasis en que «Barcelona es turismo, pero es mucho más que turismo». El teniente de alcalde insiste en la importancia de saber proyectar al mundo la marca Barcelona «para atraer inversiones», y de trabajar por un nuevo modelo productivo que apueste por el conocimiento.

En esa misma línea, el informe apunta que Barcelona es la única ciudad europea con dos escuelas de negocios, IESE y ESADE, entre las 10 principales del viejo continente, y continúa incrementando el porcentaje de trabajadores con estudios universitarios, superando la media (dato, que, por otro lado, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, interpretó hace unos días como negativo).

Y, otro indicador estrechamente relacionado con los anteriores, y fruto de la citada apuesta estratégica de colaboración público-privada para avanzar hacia una economía basada en el conocimiento, es el posicionamiento en el mundo de Barcelona cono «ciudad de producción científica». La capital catalana ha ganado cinco posiciones en un año, colocándose en el 15º lugar. Además, Catalunya se sitúa entre las cinco primeras regiones europeas en cuanto a trabajadores dedicados a la ciencia y a la tecnología u ocupados en manufacturas de intensidad tecnológica alta. La línea a seguir, según Carnes.