Alerta tras la localización de cinco menores prostituidas en Ciutat Vella

Tenía solo 15 años y era obligada a prostituirse en jornadas de 12 horas en la calle de Robadors. Otra chica, de apenas 15, además de ser explotada sexualmente, había sido brutalmente torturada: le azotaron con una manguera, la violaron, le arrancaron los lóbulos de las orejas y le clavaron un lápiz en un ojo. En ambos casos, el Raval era el escenario donde se prostituían esas jóvenes, que han sido liberadas tras ser detectadas por la Guardia Urbana, la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra.

Pero sus dos casos, aunque son los más extremos, no son los únicos. En solo tres semanas, cinco chicas menores de edad –cuatro rumanas y una nigeriana– han sido localizadas prostituyéndose en el Raval. Y hay dos jóvenes nigerianas que la policía sospecha que también lo son, aunque sus datos óseos, posiblemente porque en las poblaciones subsaharianas la estructrura corporal se desarrolla antes, indiquen, de acuerdo con los patrones europeos, que tienen más de 18 años.

Que haya una sola menor prostituyéndose en el corazón de Barcelona es motivo de alerta. Pero que se encuentren cinco en tan poco tiempo ha hecho saltar todas las alarmas entre las policías y las administraciones encargados de luchar contra la explotación sexual y de atender a esas menores en situación de desamparo. De hecho, en estas tres semanas se han detectado en Barcelona tantos casos de menores prostituidas como durante los últimos cuatro años.

Laconsellerade Acció Social i Ciutadania, Carme Capdevila, reconoció «su profunda preocupación» por el hecho de que cinco menores estuvieran siendo prostituidas en el Raval. «Aunque aún es pronto para sacar conclusiones, sí que nos preocupa mucho haber pasado de un caso el año pasado a cinco en lo que llevamos del 2010», señaló.

«'MERCANCÍA' MÁS ATRACTIVA» / «Cinco menores son muchas menores. Hay que analizar por qué han aparecido de repente», comentó a este diario un especialista en trata de blancas del Ministerio del Interior, que reconoció «su máxima preocupación por lo ocurrido».

«Creemos que la crisis ha hecho que haya menos demanda de sexo de pago y eso ha llevado a algunos proxenetas sin escrúpulos a intentar ofrecermercancía humanamás joven y más atractiva, como puede ser una menor», explica ese experto, que reconoce que hay que afinar los mecanismos de detección de esos casos y de protección de las menores rescatadas de estas redes.

Por el momento, no parece que entre las cuatro bandas que explotaban a esas cinco jóvenes haya conexión. Sin embargo, sí hay coincidencias en el caso de las rumanas: de las cuatro menores explotadas en el Raval tres estaban en centros de acogida en Rumanía gestionados por la Administración de ese país. Eso ha provocado inquietud por la situación de vulnerabilidad en que están las menores en esos centros rumanos, que han visto reducidas sus partidas presupuestarias a raíz de la crisis económica.

De hecho, en una de las investigaciones, la policía constató que la banda de proxenetas no solo había captado a la menor a la que explotaba en el Raval en un centro de menores de Rumanía, sino que estaba a la espera de la llegada a Barcelona de otra menor reclutada con engaños también en uno de esos centros.

GUARDIA URBANA / En todos los casos, ha sido la apariencia infantil de esas menores la que ha llamado la atención de guardias urbanos que, tras observarlas, se han acercado a ellas a pedirles la documentación. Las posteriores investigaciones llevadas a cabo por los agentes de la Unidad contra la Inmigración Ilegal y las Falsificaciones Documentales (UCRIF) del Cuerpo Nacional de Policía han constatado que todos los proxenetas eran conscientes de que las chicas eran menores y que lo utilizaban como reclamo para captar clientes.

Fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, aunque reconocen que están en alerta por si aparecen más menores prostituidas, consideran que la aparición de estas cinco «puede ser circunstancial» y «no responder a un auge en la explotación sexual de niños».

Por su parte, fuentes de la Guardia Urbana de Barcelona no quisieron entrar a valorar si existe un repunte o no de la explotación sexual de menores. Desde la policía municipal de Barcelona sí se sostiene que «el incremento del patrullaje y de la presencia policial en las calles de Ciutat Vella permite una mayor capacidad para poder detectar esos casos».

REDES DESMANTELADAS /Las mismas fuentes valoraron la coordinación que la Guardia Urbana mantiene con el Cuerpo Nacional de Policía, que tiene competencias en extranjería, y que ha permitido que a la localización de cada menor le siguiera el desmantelamiento de la banda que la explotaba.