INSÓLITO FENÓMENO INMOBILIARIO en el raval

Desalojada la finca de pisos de lujo 'okupada' tras 18 años sin venderse

La propiedad dice estudiar una nueva orientación para dar salida a las viviendas

El bloque de pisos de lujo en el Raval, antes y después del desalojo.

El bloque de pisos de lujo en el Raval, antes y después del desalojo.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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La ocupación –tanto con c como con k– de la misteriosa finca levantada en la esquina entre la ronda de Sant Pau y la calle de las Flors, en el Raval, ha durado algo menos de dos meses. El pasado 18 de mayo los Mossos d'Esquadra procedieron, orden judicial en mano, al desalojo de la misma, que había sido okupada por una veintena de jóvenes antisistema

–cifra aproximada dada por los vecinos– a principios de abril, después de que el edificio llevara 18 años deshabitado. Exactamente desde su construcción, en el lejano 1992.

Así, el geranio en uno de los balcones del bloque que tanto ha dado que hablar, primer indicio de vida en el inmueble en sus 18 años de historia, ha durado bien poco. Fuentes de la propiedad apuntan que el desa-

lojo se realizó de forma muy tranquila, ya que en el momento en el que la policía acudió al edificio había pocos jóvenes en el interior.

Esa mismas fuentes apuntan estar estudiando distintas opciones para dar por fin salida a las famosas viviendas, de 200 metros cuadrados cada una, con tres baños y acabados de lujo, según el cartel que estuvo colgado durante casi dos décadas en la fachada, hasta que hacia Semana Santa los jóvenes ahora desalojados, lo cambiaron por otro en el que se leía «Jo també defenso l'okupació».

«Estamos barajando varias opciones. Desde hacer las viviendas más pequeñas para que tengan un precio más asequible, hasta ponerlas en alquiler o reconvertirlas en pisos turísticos», explica un comercial de la promotora propietaria de la finca, quien matiza que «las cosas cambian cada día» y que «todavía no hay nada decidido al respecto», pero que están «manos a la obra para encontrar una solución pronto».

Mientras, en el vecindario continúa el debate. «Todo alrededor del edificio es muy raro. No sé entiende por qué jamás vendieron un solo piso y ahora el juez procede al desalojo con esa rapidez, mientras hay propietarios que llevan meses esperando», reflexiona una vecina.